American Horror Story Hotel 5×02: El origen de todo

La sexual y gore quinta temporada de ‘American Horror Story’ sigue una semana más en pantalla, con capítulos más largos de lo necesarios, y con esa estética tan videoclip. Si aún no has visto el capítulo, no sigas leyendo, esta entrada podría contener spoilers.

El ahora dueño del Hotel Cortez, Will Drake (Cheyenne Jackson) organiza un desfile de moda en el hall del hotel, con la aparición estrella de Trsitan Duffy (Finn Wittrock), un modelo cocainómano que siempre consigue dar la nota y en el que Elizabeth, la Condesa (Lady Gaga) fijará su atención.

Por su parte John (Wes Bentley) comienza a hacer investigaciones sobre el hotel, y todo le lleva a mantener una conversación con Iris (Kathy Bates) sobre los orígenes del lugar, en el que descubrirá que no era, precisamente, un recoveco de paz.

El desfile de estrellitas continúa esta semana en ‘American Horror Story’ con la aparición de Finn Wittrock, Evan Peters (como Mr. March) y Naomi Campbell (en el papel de la redactora de Vogue Claudia Bankson). Si en el capítulo anterior habíamos tragado una hora de estética videoclip a lo Gaga, sangre y sexo desmedido, este capítulo no ha sido para menos.

Quitándole ya el término «horror» al título de la serie si hablamos del género cinematográfico, el único «horror» que tiene ahora esta serie es este batiburrillo de tramas sin sentido, en la que no sólo nos vamos a encontrar asesinatos sádicos, sino que, por si fuera poco, esta temporada introduce la mitología sobrenatural de los vampiros. ¿En serio? ¿Era, de verdad, necesario, recurrir por enésima vez en los últimos años a los vampiros? La falta de ideas se nota, y más cuando decides convertir a Gaga en una especie de «Condesa Draculina» del s. XXI y el resultado es tan mediocre como lo ha sido el capítulo.

Está claro que la intención de los creadores era que Gaga tomara el relevo a Jessica Lange, además de asegurarse una audiencia, con todos los «Little Monsters» de la cantante atentos a la actuación de su ídola. Sin embargo, ¿hasta que punto está bien aumentar tu audiencia, asegurarte otra temporada más, pero estar haciendo de la serie un desfile de nombres y de tramas sin sentido? Sé que esto es una opinión muy personal, y que la gran mayoría está fascinada por esta serie pero, ¿dónde ha quedado la originalidad de las dos primeras temporadas? Cómo ya he mencionado arriba, el horror ha desaparecido. Sí, en el primer capítulo un par de momentos tensos acompañados de baños de sangre, y si bien la sangre tampoco ha faltado en este capítulo, el horror ha brillado por su ausencia.

No hay misterio alguno en esta temporada, pues la Condesa se ha asegurado de contarnos que tiene a medio hotel convertido en vampiro del siglo XXI, y claro, como todos sabemos, los vampiros lo de salir al sol, como que no. ¿Brillarán con glitter como los guantes de Gaga? ¿O será un rollo más Crepúsculo? Eso sí, estos vampiros tan modernos no muerden a la gente, sino que llevan uñas postizas con las que se dedican a hacer cortes para luego ingerir la sangre de su víctima. Además, la Condesa, que no es tonta ella ni nada, se dedica a reclutar a los hombres más guapos que se le cruzan en el camino, como es el caso del modelo Tristan, su nueva pareja, o así nos lo ha dejado caer. Además de guapos, el segundo requisito parece ser la drogadicción, porque no hay ni un alma en este hotel que no se haya colocado al menos una vez en su vida. ¿Y esta nueva obsesión por la droga señores creadores? ¿Acaso pretendéis concienciar al mundo para que no se droguen? Me apuesto a que varios fans han ido ya en busca de un camello para ser tan guays como los personajes de esta serie.

Y dejando un lado al mundo vampiro que habita en el hotel, el único personaje que parece cuerdo, aunque poco le durara esa cordura, es el de John. John, que en plena crisis con su mujer, se va a vivir al Hotel Cortez, sin saber que cosas muy raras están pasando. Entre ellas, su hijo Holden (Lennon Henry), a quien creía muerto desde hace varios años, es ahora un «niño vampiro» a cargo de la Condesa, que se dedica a beber sangre y a jugar a videojuegos de los 90 en una sala secreta. Pero es que, Scarlett (Shree Cooks), la hija de John, ve a su hermano cuando Lachlan (Lyric Angel) la lleva al sótano del hotel y, en unos ataúdes que se asemejan más a los de Blancanieves, se encuentra al niño y a sus compañeros de juegos. La niña, traumatizada, intenta contarles a sus padres que Holden está en el hotel pero ellos, también con el fantasma del trauma de perder a un hijo, niegan la palabra de la pequeña.

Pero John, que debe tener un sexto sentido para el mal rollo, decide conocer la verdad sobre el hotel, y le exige a Iris que le cuente lo que sabe. Es ahí, cuando conocemos a James March (Evan Peters), el dueño original del Hotel Cortez. Al parecer, allá por los años 20, March ordenó construir el Hotel, que encerraba una serie de pasadizos secretos en los que el joven se dedicada a esconder a sus víctimas. Éste es, quizás, el personaje que más alegrías nos vaya a dar. Y lo digo porque, tras tres temporadas siendo «el chico bueno», Evan Peters retoma el papel del malo de la película, un papel que se la da muy pero muy bien. Ya hemos visto que March está tan muerto como no lo están el resto de habitantes del Hotel, cuando se le aparece a Tristan. ¿Es un fantasma o es otro vampiro de Gaga? Es todo muy confuso en esta serie.

Aunque hemos sacado cosas en claro, hay algo que aún desconocemos, y es cómo va a seguir la trama en los siguientes capítulos… ¿Formará la Condesa un ejército de vampiros modernos para gobernar el mundo? ¿Se quedará John a vivir en el hotel? ¿Es James March el villano de la temporada? ¿Cuántas escenas de sexo veremos en el próximo capítulo? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones conmigo!

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Irene Alva
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