Inicio de la 2º Temporada de ‘Brooklyn Nine-Nine’: Gracias por volver

Habíamos acabado la temporada anterior de Brooklyn Nine-Nine con Peralta (Andy Samberg) yendo a una misión de incógnito, infiltrándose en la mafia italoamericana al más puro estilo Scorsese. Tristemente, solo tendremos un par de momentos fugaces para poder apreciar todo lo que ha conllevado esa estancia entre mafiosos. Brooklyn Nine-Nine vuelve a la normalidad nada más comenzar, pero se adivinan ya unos cuantos cambios en su horizonte.

Empezamos con un Jake Peralta que controla la situación en
una boda llena de altos capos de la mafia. Sabemos, de la temporada anterior,
que bajo la apariencia infantil y tonta de Peralta se esconde un muy buen
policía. Así que hacer el ridículo, el mafioso, para ganarse la confianza de
toda esa gran familia a lo El Padrino no sería una labor muy compleja para él.
Tan solo en este cold open
nos encontramos a la mafia como un conjunto de gente que besa en la boca y
acepta sobres en nombre del matrimonio. Pero avanza rápidamente hasta el
encuentro de Peralta y el Capitán Holt (Andre Braugher), entrando ya en la dinámica básica de la
serie. En este capítulo, la vida de incógnito de Jake tiene cierta relevancia,
pero tampoco parece que se vaya a explotar más adelante (o sí, quién sabe si el
mafioso fugado volverá buscando venganza).
En la comisaria todo sigue más o menos igual. En apariencia.
Se avecinan cambios, según le anticipa el Capitán Holt al Sargento Jeffords.
Terry Crews, además, sigue explotando su vena cómica más que ninguno otro del
reparto. Haciendo de vieja desorientada, de prostituta o de niño pequeño, cuanto
más se aleje de su apariencia real, más gracioso resulta.
Por no hablar de Gina (Chelsea Peretti), que puede darnos grandes alegrías a
lo largo de la temporada en su relación ebria con Boyle (Joe Lo Truglio). Gina sigue siendo una
fuerza de la naturaleza, cada escena suya, con sus reflexiones sinceras, crudas
y ridículas, vale oro. Ahora su espíritu animal es una rata topo “un asqueroso
error de Dios”. Así funciona Gina y así la amamos, con la fuerza de los mares,
con el espíritu del viento. Muy atentos a esta subtrama, que puede evolucionar
hasta cotas enormes.
Otra trama que vertebrará esta temporada será la relación
entre Santiago (Melissa Fumero) y Peralta. La temporada pasada había acabado con este confesándole
su amor por ella. Ahora comenzamos con él retractándose… tan solo para
confirmarlo al final del episodio. Sin embargo, Santiago ya está comprometida
con otro hombre y la relación es imposible. De momento, claro. Se corre el gran
peligro de acabar como esas series donde los dos personajes centrales, hombre y
mujer, sufren un tira y afloja amoroso hasta que, irremediablemente, acaban
juntos. Pasó en Friends, en How I Met Your Mother y en tantas otras
series que podríamos citar aquí. Esperemos que lo lleven con mejor mano.
Una de mis cosas favoritas de Brooklyn Nine-Nine era su parecido, por encima de The Office o Parks & Recreations, con 30
Rock
. Ahí estaba el verdadero referente. Aunque la forma se parezca a las
dos primeras, el uso de los gags a modo de flashback, una anécdota pasada de la
que vemos un solo fragmento, el necesario para hacernos reír, era una técnica
que 30 Rock había llegado a sublimar.
Brooklyn parece llevar el mismo
recorrido. El resumen de los meses  que
pasó Peralta fuera en la comisaria es brillante, igual que el sentimiento que
produce Piano Man de Billy Joel al
cantarlo con los capos de la mafia en un karaoke.

Gracias por volver, Brooklyn
Nine-Nine
. Menos mal que quedas tú. 
Diego, 
Diego Freire
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