Crazy Ex-Girlfriend 3×06: We hope this helps

La evolución de ‘Crazy Ex-Girlfriend‘ es innegable. Pocas series podrían haber tratado temas como los que ha tratado Rachel Bloom, es decir, Rebecca Bunch, con este comienzo de temporada tan impecablemente presentado.

Pocas cosas se nos ocurre decir en un momento así, cuando tras haber visto este episodio nos quedamos en blanco. Es muy difícil hablar de algo tan estigmatizado y silenciado como las enfermedades mentales, muchas veces porque intenta exagerarse algo que ya es terrorífico de por sí. Otras veces porque, simple y llanamente, cada persona es distinta y vive su historia de manera diferente. Pero es importante echar luz sobre la influencia que esta serie y, concretamente este capítulo, pueden tener para los que la vean. Te afecte o no personalmente, ‘CEG‘ ha conseguido pintar una historia redondeada, de principio a fin, que debería tener mucho más seguimiento del que tiene actualmente.

Rebecca ha sido diagnosticada con Trastorno de la Personalidad Límite (BPD en inglés) y, aunque al principio se niegue a aceptar esta enfermedad, la realidad es esa. La Dra Akopian (Michael Hyatt) lo confirma y Rebecca comienza a aceptarlo, pero en el emocionante discurso que recita para Valencia (Gabrielle Ruiz) vemos una nueva fase de su enfermedad que supera a la crisis y la posterior euforia. Nos desconcierta ver a Rebecca después de todo lo que ha pasado como alguien racional y que da lecciones, ¿pero de eso va la serie, verdad?

Emocionante como poco, este capítulo ha vuelto a dejar claro que aunque esto haya sido calificado desde el principio como una comedia romántica, los hombres están en un segundo plano y que lo principal para todas -dentro y fuera de la serie- es estar bien.

Cada temporada de ‘Crazy Ex-Girlfriend‘ se ha centrado en algo diferente, si bien la primera temporada centraba el problema en Josh, la segunda lo acercaba al pasado de Rebecca, esta parece haber dado en el clavo y haberse atrevido a apuntarlo directamente. La pregunta es qué importancia tendrá a partir de ahora la enfermedad en la serie, porque resultaría ridículo que, tras esa escena en la que Nathaniel (Scott Michael Foster) aparece y deja rosas -algo que sin duda shippeamos-, nos olvidáramos de las temáticas de más importancia de la trama. Pero tampoco pueden cansar a un público que, a pesar de que si ha llegado hasta aquí es porque está ya en su nicho, no tiene por qué estar preparado para lo que puede venir a continuación.

Pero no queremos dudar de la dirección de esta serie, que ha sabido crecer de una manera única y tocar puntos clave de tantas maneras diferentes. Mismamente el personaje de Nathaniel, que en este capítulo corre hasta su casa familiar para interrogar a su madre sobre lo que él considera que fue un intento de suicidio. Muy bien caracterizado dentro de su personaje da un golpe en la mesa al no conseguir lo que quiere, a pesar de que si tan seguro está de lo que fue debería ser más sabio que recurrir a tal violencia. Sí, su madre tuvo una sobredosis por pastillas de dormir, y no ha quedado claro si fue o no algo más. A veces las historias son así, pero imaginamos y esperamos conocer más de este pasado.

A quien realmente queremos olvidar es a Josh Chan (Vincent Rodríguez III), que ha oído tras la puerta la realidad de todo esto. Nunca fue sobre él. Y la verdad, desde aquí pedimos, como llevamos pidiendo desde la temporada pasada, que progresivamente su personaje desaparezca. Al oír esas revelaciones a la puerta de casa de las chicas esperamos que se de cuenta él mismo de que hasta aquí ha llegado y, a diferencia de lo que veíamos anteriormente, deje de hacer las cosas sobre él. Porque enough is enough.

¿Qué os ha parecido a vosotros el capítulo? ¿Qué esperáis de lo que viene?

Marina Ortiz
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