Inicio de la 1ª temporada de Divorce: ¿La era de la pérdida de la inocencia?

En Divorce se dan varios factores que hacen que los fanáticos de Sexo en Nueva York giremos la cabeza bruscamente al ver pasar esta serie: Sarah Jessica Parker, HBO y relaciones amorosas. Aún así, estamos lejos de la alocada comedia noventera de la cadena… ¿Comentamos?

Frances (Sarah Jessica Parker) está atascada en un matrimonio en el que no existe comunicación alguna, ni verbal, ni sexual, ni relevante de ninguna manera. Todo esto parece estallarle en la cara en la fiesta de una amiga, Diane (Molly Shannon), donde ve cómo su también desastroso matrimonio acaba con un brote psicótico y un arma en poder de Diane. La situación desborda al marido de ésta (Tracy Letts, quien acaba en el hospital por un ataque al corazón.

Entonces, Frances le propone a su marido, Robert (Thomas Haden Church), que se divorcien. Parece bastante segura de ello, incluso la mañana siguiente, y descubrimos al rato que hay un motivo por el cual el divorcio, lejos de destrozarla, parece hacerle ilusión: Julian (Jemaine Clement), el hombre con el que mantiene una aventura desde hace tiempo.

Dallas (Talia Balsam), una amiga de Frances que ya ha pasado por el proceso del divorcio, aconseja a su amiga que lo piense bien, que no crea que va a encontrar algo mejor ahí fuera, pero nuestra protagonista está convencida y tras un tórrido encuentro, le suelta el bombazo a Julian, quien no reacciona de la mejor de las manera. «Antes teníamos un secreto, ahora un romance burgués», le dice desolado.

Ella vuelve a casa tras ese tortazo de realidad dispuesta a darle una segunda oportunidad a su matrimonio. Al día siguiente suena el teléfono de Frances, Robert lo coge y se lo da. «¿Quién es «J»?», pregunta, ya que es el misterioso nombre que aparece en la pantalla. Su mujer le dice que es algo del trabajo y rechaza la llamada.

Este idílico momento de reconciliación y segunda oportunidad no dura mucho. Cuando Frances vuelve de acercar a sus hijos a la parada de autobús (y tras una visita a Diane, quien consigue encasquetarle a su nueva perra), se encuentra con la puerta cerrada. Su llave parece no funcionar. Llama a su marido y éste le explica que no va a entrar en casa. Ha llamado a su amigo «J» y el resto es historia…

La aventura del divorcio de esta singular pareja no ha hecho más que comenzar y promete humor y drama a partes iguales. ¿Te apuntas?

Elisa
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