Supergirl 3×18: Never meet your idols

Qué verdades, como siempre, ha contado en este episodio nuestra querida Lena (Katie McGrath), que una semana más se postula como nuestra absoluta favorita de la serie.

La vemos levantarse con James (Mehcad Brooks), que parece que no sabe ponerse solo una corbata, pero toleramos al personaje porque hace feliz a nuestra reina y la hace sentirse querida. Algo que sin duda no está consiguiendo Kara (Melissa Benoist) con su superioridad moral. Un auténtico complejo de Dios, como dice Lena, puesto que no es capaz de vivir en un mundo donde existe algo que puede acabar con ella. El resto vivimos perfectamente y hay mil cosas que podrían torturarnos, destrozarnos y hacernos desaparecer. Si aplicáramos a todo la misma ley que Kara está aplicando a la kriptonita la propia Supergirl estaría desterrada del planeta, y es muy interesante que enfoquen la temporada por este tema. Puesto que siempre queremos confiar y creer al 100% en la protagonista y, más concretamente, en Supergirl, nos plantea esa duda de que al final, seas o no todopoderoso, puedes equivocarte.

#LenaLoSabe

A pesar de que se ha estado negando a pensar siquiera en ello, quizás la conversación que ha tenido con Lena desde la perspectiva de Kara la ayude a reflexionar sobre el tema. Además, quizás consiga bajar un poco a la chica de su nube, que antes parecía darse palmaditas en la espalda

Por lo demás, tenemos ¡mucho! de lo que hablar. A solo unos capítulos del final de temporada parece que el equipo de la DEO ha conseguido derrotar a Reign (Odette Annable) y se dedicarán ahora a buscar una solución. Dudamos que este sea el final del villano, pero al menos nos dará más oportunidad de ver la interacción entre Kara y Lena ahora que tienen que trabajar juntas. No sabemos si Sam (Annable) es realmente recuperable com opersonaje ahora que se ha convertido en full on malo, pero habrá que ver cuáles son las posibilidades para ella en el siguiente capítulo.

A los que parece que hemos despedido es a los de la Legión del futuro, a todos menos a Mon-El (Chris Wood) que ha decidido quedarse en el presente/pasado, que es realmente el tiempo que le corresponde, aunque él no lo vea así. Quiero decir, no es que cambie de tiempo por Kara, es que en teoría nunca tendría que haberse marchado a otra línea de temporal. Lo que no sabemos es hasta qué punto su presencia en el presente puede ser beneficiosa para la serie, ni cómo va a lidiar con el hecho de estar casado con una persona en el futuro.

Sin duda le hemos visto trabajar a la perfección con Kara y ha resultado bastante ridículo esa despedida que han tenido, que si esto fuera otra clase ed serie se hubieran comido la boca. ¿No os parece? La tensión (sexual) podía cortarse con un cuchillo, como se nota a veces que está saliendo en la vida real.

En definitiva, ha sido un buen capítulo, sobre todo porque nos ha dado una nueva faceta de este personaje que todos consideramos invencible y siempre bueno. Reabre el debate de que no hay blanco o negro en la gama de moralidad sino una serie de tonos grises, pero si lo pensáis nos sitúa en el mismo punto en el que ya estamos con ‘The Flash‘ y ‘Arrow‘. En cambio, el hecho de que la protagonista de esta serie sea una mujer le da un aire de novedad a todo lo que hacen porque es realmente la primera vez.

#masculinity

¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Cómo creéis que nos conquistarán el resto de la temporada? ¡Nos vemos la semana que viene!

Marina Ortiz
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