Agents of S.H.I.E.L.D. 4×16: Madame Hydra

La distopía está con nosotros. No nos referimos a los espectadores y a tener a Grant Ward (Brett Dalton) de nuevo en pantalla, aunque también podría ser, sino al ‘via crucis’ que están teniendo que pasar los protagonistas de ‘Agents of S.H.I.E.L.D.’ tras haber sido introducidos por la inteligencia artificial AIDA (Mallory Jansen) en la simulación virtual conocida como ‘The Framework’. Comentamos el episodio a continuación.

El ‘what if’. Concepto clásico tanto de la literatura en general como de los cómics de superhéroes en particular, vistazos a realidades alternativas que hubiesen sucedido si ciertas decisiones se hubiesen tomado de forma distinta, escenarios posibles que los guionistas exploraban para rellenar las páginas mensuales del tebeo sin avanzar de forma efectiva la trama y que no pareciese puro relleno a los lectores. Aunque en el fondo lo eran. Esto no impidió que se convirtiese en un icono del género y que compañías como DC Comics volcasen toda su energía creativa con líneas editoriales como Elseworlds.

Aquí lo tendremos contenido en unos pocos episodios que sirven para retomar los conceptos de las primeras temporadas de ‘Agents of S.H.I.E.L.D.’, los objetivos de dominación mundial de HYDRA. ¿Y si no hubiesen ganado? ¿Y si hubiesen logrado establecerse como la facción dominante dentro de los Estados Unidos? Ahí tenemos el estado totalitario que suprime la individualidad, castiga la libertad de pensamiento y expresión y persigue a un grupo social concreto por su condición genética. No, no hacía falta que nos lo aclarasen tanto, está claro que son nazis. Que haya habido polémica al respecto es lo que nos extraña.

Esto nos ha servido para ver a alguno de los personajes principales de la serie en posiciones algo distintas. Daisy (Chloe Bennet) y Jemma (Elizabeth Henstridge) han permanecido inalteradas, aunque esta última ha tenido aspecto de muerto viviente durante todo el episodio, pero el resto del equipo si que ha ofrecido una vuelta de tuerca interesante. May (Ming-Na Wen), por ejemplo, es el brazo más duro del aparato militar de HYDRA y también la causante de toda la distopía; ya que en esta realidad paralela no acabó con la inhumana de Bahrain que, a su vez, atentó en territorio estadounidense provocando una paranoia inhumana que propició el ascenso de la organización.

¿Y quién la lidera? El Doctor, que no es otro que un Fitz (Iain de Caestecker) consumido por la pérdida de Simmons y convertido en el Himmler local bajo las órdenes de Madame Hydra, que en esta continuidad tiene exactamente la misma figura que Aida, artífice de la simulación. Lo más interesante al respecto es la posición del propio Ward, que también es de HYDRA, pero que en este caso también es un agente doble para la Resistencia. Irónico, ¿verdad? Pues prácticamente todo el episodio ha sido un cúmulo de ironías sobre las posiciones que ocupan los personajes en la distopía con respecto a los que ocupaban en la realidad.

El menos interesante de todos ha sido el propio protagonista, Phil Coulson (Clark Gregg), dado que se le ha utilizado como vehículo para recuperar la identidad global del grupo. Lo cierto es que en cuarenta y dos minutos han logrado condensar una amplia carga narrativa que será continuada en el próximo episodio. En el que además conoceremos el lado de la Resistencia con todas las caras conocidas que se han mantenido ocultas hasta el momento y que queremos ver en sus nuevos papeles.

Con arcos narrativos como estos, nos va a dar pena cuando anuncien su inevitable cancelación.

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Capitán Valverde
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