Final de la 3ª temporada de ‘Young & Hungry’: Sorpresas te da la vida

La 3ª temporada de ‘Young & Hungry’ se despidió dejándonos con una sensación muy parecida a la que nos dejó su predecesora. Si eso es positivo o negativo lo decidiremos a lo largo de este recap.

El principal problema que tienen Gabi (Emily Osment) y Josh (Jonathan Sadowski) a la hora tener una relación es normal son, precisamente, ellos mismos.  Empezaron la temporada con las ideas muy claras y todas las ganas del mundo de estar juntos y, sin embargo, las temporadas pasan y su relación sigue en punto muerto y sin ninguna intención de avanzar.

El tira y afloja de los protagonistas está muy bien, pero sus excusas y errores dejaron de ser entretenidos en el momento en el que se volvieron excesivamente repetitivos. Cada vez que uno de ellos se atreve a admitirse a sí mismo que quiere estar con el otro, hay algo que le impide dar el paso definitivo. Empieza a dar la imprensión de que no tienen tantas ganas de estar juntos como quieren hacer ver.

Pasó con Cooper (Jesse McCartney) y ahora ha pasado con Josh y su psicóloga. Solo que la situación actual es mucho más comprometida, porque para Josh fue muy fácil escaparse de la azotea de Gabi sin ser visto pero, ¿cómo va a salir Gabi de un avión en pleno vuelo sin que Josh se dé cuenta? Mucho drama se intuye en el comienzo de la 4ª temporada, que ya ha sido confirmada.

El comportamiento de Gabi también deja mucho que desear: quiere que todo se haga a su manera y cuando a ella le venga bien. Primero se encapricha con Jake (Jayson Blair) y se fuga con él, después no piensa dos veces en la repercusión que puede tener en Josh que ella empiece a salir con otros hombres y, además, en cuanto cree que puede perder a Josh no duda en poner a prueba sus celos, cueste lo que cueste y aunque sea usando las flores que alguien acaba de regalar a Sofia (Aimee Carrero). Le da igual que él esté yendo al psicólogo para resolver sus problemas de compromiso (por ella) y le dan igual todas las evidentes muestras de cariño que ha visto por parte de su jefe. Pero cuando él le confiesa que su psicóloga lo besó, ella se ofende como nadie y no tiene reparo en dejarle con la palabra en la boca como si su comportamiento hubiese sido impecable.

Que Josh le enumerase todos sus errores mientras ella no dejaba de repetir que él había besado a su psicóloga dice mucho del egocentrismo de la protagonista. No solo no está dispuesta a pararse a pensar en que tal vez su verdad no sea absoluta, sino que ni siquiera escucha lo que Josh tiene que decirle porque directamente no le parece que merezca su atención. Si algo ha quedado claro durante esta temporada es que Josh no es el único que necesita ir a terapia, porque Gabi tiene tantos problemas de compromiso como él.

Pero, gracias a dios, durante estos 10 episodios ha habido tiempo para muchas cosas, y el drama entre Gabi y Josh ha quedado prácticamente relegado a un segundo plano. Las tramas de Sofia siguen sin ser demasiado relevantes, pero el personaje es tan entrañable que, a pesar de que sus escenas estén irremediablemente unidas a las de Gabi, tiene mucha más visibilidad que la protagonista. No es nada nuevo que sea el tipo de amiga que cualquier persona se merece en su vida, pero durante los últimos episodios ha alcanzado un nuevo nivel; da igual lo emocionada que esté con su cita, no tiene ningún problema en cancelarla para dedicarse a consolar, por enésima vez, a su deprimida amiga.

Quienes no han tenido demasiado protagonismo han sido Yolanda (Kym Whitley) y Elliot (Rex Lee), pero siguen salvando cada capítulo con sus ocurrencias y comentarios siempre fuera de lugar.

¿Qué os ha parecido la temporada? ¿Creéis que Josh y Gabi se quieren tanto como creen? ¿No os parecen que las dificultades a las que están teniendo que enfrentarse son excesivas? ¿Será el misterioso chico del gimnasio, el definitivo para Sofia?

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Isabel Bienzobas
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