Mr. Robot 2×09: I have no normal

Perdemos la estabilidad de Mr. Robot (Christian Slater) y Elliot (Rami Malek) en uno de los capítulos más estables y organizados de la temporada. A su modo, el capítulo de esta semana nos protege de la que va a caer a partir de aquí, dándonos un poco de espacio, escuchando conversaciones ajenas a oscuras y volviendo con delicadeza a la mente de nuestro protagonista.

La semana pasada nos demostró que ‘Mr. Robot’ puede sobrevivir sin su personaje titular, y cuando nos lo han devuelto me han dado ganas de decir, “por favor, ¡¡otra semana más!!” Personalmente, no esperaba este capítulo con demasiada anticipación. Es agotador vivir a través de la perspectiva de Elliot, y esta semana tenemos dos visiones que llevan a la creación de incluso otra capa de su personaje. Parecía difícil, pero Elliot/Mr. Robot están más fragmentados de lo que imaginábamos.

Llevando al narrador poco fiable hasta un nivel aún más alto, descubrimos que entre los dos ‘yo’ de Elliot hay pérdida de cobertura. Comenzamos ignorando al Señor Robot, porque estamos entrando en la cárcel, y sabemos que ahí papá robot no jugaba ningún papel. Vemos de manera algo repetitiva lo que sucedía realmente cuando Elliot nos contaba que tenía una vida tranquila y relajada en la ciudad de Nueva York, como una persona normal. Ya hacía un capítulo que descubrimos su paradero real, así que esta explicación es sólo moderadamente útil: es divertido saber que le arrestan por robar a su perro y hackear un par de cuentas de Twitter, considerando a lo que se dedica, pero no hacía falta el montaje de “realidad versus ilusión”. Algo que hacen bien en la serie es saber cuándo ser sutil, y en esta ocasión resulta casi cansino y una palmadita en su propio hombro. Yo doy gracias por volver a ver a Cuz, Leon (Joey Bada$$), mi personaje masculino favorito, pero por lo demás ya está. Sí, que nos la colasteis, ya lo hemos procesado, sacad a Elliot de ahí. Y lo hacen.

Fuera de la falsa serenidad que le proporcionaba estar encerrado, la cosa empieza a complicarse. Elliot sigue siendo el líder de toda esta misión, pero vuelve a estar en un estado vulnerable nada apropiado para un líder. En clara similitud con Whiterose (BD Wong) y después de un contacto más directo de lo que habíamos tenido en toda la temporada, descubrimos que Elliot tiene mucha más información de la que… ¿cree saber? ¿Qué tipo de lobotomía hay que hacerle a este chico para saber lo que nos estamos perdiendo? ¿Cuántas escenas frustrantes apaleando puertas de metro hasta volver a su cuerpo vamos a poder vivir?

Whiterose tiene un enfrentamiento con Phillip Price mientras llueve bajo paraguas, porque tienes que ser atmosférico con los dos villanos de la serie. Whiterose sigue siendo un eterno misterio: hay días que parece tener el mundo bajo su mano y días como hoy que sucumbe a las frases catastrofistas del CEO de E-Corp. El mundo se está desmoronando y estas dos personas tienen algo que ver y algo que perder, pero sigue habiendo algo de información que nos falta.

Elliot, al parecer, ha tenido más contacto con la Armada Oscura de lo que pensábamos: “el Nivel 2 es su plan”, dice Whiterose. ¿Exactamente cuántos pasos vamos atrasados del Elliot del presente, del despierto, del activo? “I have no normal”, título del post y última frase de Elliot define a la perfección cómo deberíamos dejar de tener fe en el conocimiento del espectador. Como siempre, no sabemos nada.

El capítulo ha sido de menos porque no ha avanzado al mismo nivel que en el último par de capítulos. No nos vale tener un par de ‘cliffhangers’ de personajes abriendo la puerta si nos van a decir quién era un mes después. Sí, es una maravilla ver a Joanna bajar esa ventanilla como sólo una buena villana puede hacer desde su monovolumen, pero ojalá algo más de esa intriga y sangre hubiese imbuido el resto del capítulo.

Sin embargo, una vez más, Angela (Portia Doubleday) salva el día. Seguramente sepáis ya que es mi personaje favorito de la serie, pero no dejo de alegrarme que le estén dando las tramas más entretenidas de la semana. Esta semana es capaz de hacer un hack (físico y digital) por sí sola para conseguir los archivos del Washington Township. Esa cara de breve y contenida satisfacción al conseguirlo hace que todo el capítulo merezca la pena. Vuelve esa cara al llevar los archivos a Jeff. Éste ha sido su objetivo hasta ahora, el hacer el bien o al menos andar en esa dirección, y después de semanas poniendo en duda sus valores éticos, darse cuenta de que sigue en ese camino le hace sentir bien. A nosotros también, aunque sepamos que no va a durar. Evidentemente, tiene que haber algún tipo de consecuencia por entrometerse como lo está haciendo.

Es que esta semana ¡incluso tenemos a Dom (Grace Gummer)! Domgela ship 4ever. Al parecer la FBI sabe de todo: desde el CD de AllSafe hasta todo lo que ha estado haciendo desde entonces. Esto bloquea el camino de Angela considerablemente – ¿qué creéis que hará?

este abrazo lo he sentido hasta yo, gracias Darlene

¿Qué os ha parecido el capítulo? Más flojo que el anterior, pero en buen camino. La revelación de que Mr. Robot ha estado maqueando un plan a las espaldas de Elliot, con o sin su consentimiento, da bastante miedo – ¿qué información nos falta? Y ya que estamos concluyendo el post, ¿cuánto queréis a Whiterose por mear literalmente encima de una tumba? No sé, creo que deberíamos hablar bastante en los comentarios, pero ¿por dónde empezamos?

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