Pretty Little Liars 7×17: Túnel sin salida

Estamos a tres capítulos del esperado final de ‘Pretty Little Liars’ y, por fin, la señora Marlene se ha dignado a contarnos algo interesante. Eso sí, también ha aprovechado el capítulo para destrozar uno de los clásicos de la música rock. Pobre Elvis Presley, debe estar revolviéndose en la tumba… Si aún no habéis visto el capítulo, no sigáis leyendo.

Vamos a empezar este recap con la pregunta importante: ¿es Mona (Janel Parrish) A.D.?

Lanzada la gran pregunta e incógnita a resolver, vamos con el capítulo. Como es costumbre, no ha pasado nada hasta el final, lo único «interesante», y lo digo entre comillas porque, llegados a este punto, hemos aprendido a que en esta serie nada es lo que parece y todo es una sucesión de mentiras y tonterías. A saber cuanto tarda Mona en acabar muerta. Tiempo al tiempo.

El caso es que la pesada de Aria (Lucy Hale) sigue actuando de perrito faldero de A.D. y su maravilloso face-swap y, esta vez, le toca atacar a Spencer (Troain Bellisario). Eso sí, mientras Aria sufre sus hemorroides en silencio, su futuro marido demuestra menos empatía que un tronco, y remueve la mierda del pasado, en vez de consolar un poco a la pobre Aria.

El caso es que Spencer y sus padres escuchan una conversación telefónica que, hace años, mantuvieron Mary Drake (Andrea Parker) y Peter (Nolan North), conversación que desvela secretos que Spencer ya conocía, pero su madre no. Esto todo, como consecuencia de Aria quien, bajo las órdenes de A.D., pone un móvil con la dichosa conversación en altavoz para que los Hastings la escuchen.

Ya sabemos que todos estamos deseando que Aria sea la que está detrás de todo esto y, seamos sinceros, esto sería muy posible. ¿No puede ser que Aria esté mal de la cabeza y que sea ella misma quien se esté dando las órdenes? Queremos pensar que sí, y que Mona es una marioneta más del titiritero que es A.D.

Por otra parte, tenemos a esos personajes inútiles y despreocupados, que se olvidan de todos sus problemas mundanos y deciden vivir la vida loca. Hablamos de la pareja del año. Hanna (Ashley Benson) y Caleb (Tyler Blackburn) deciden casarse con unos puros en una tienda de campaña en el medio del bosque. ¿Por qué no? La vida son dos días… O eso creíamos, hasta que en Rosewood todos sobrevivan a todo.

Además, no podemos olvidar a Emily (Shay Mitchell) o, si así lo preferís, la señora de DiLaurentis, mientras Alison (Sasha Pieterse) anda de parranda por ahí, decide aliarse con Mona y descubrir quien está detrás de la insmeniación. ¿A alguien le interesa este tema? ¿No? Vale, pues pasamos. Pero es que Emily, chica, asume que tus tramas, tu cara y tu todo nos incitan a echarnos una siesta por la eternidad.

Por último, mención especial a ese número musical que han hecho y con el que casi nos sangran los ojos y los oídos. El pobre Elvis debe estar revolviéndose en su tumba, porque hay que tenerlos bien grandes para versionar un clásico como éste para una trama tan inútil. Mejor olvidemos que esto ha pasado, y sigamos como si nada.

¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado? ¿Es Mona A.D.? ¿Está Aria loca? ¿Se les ha ido la pinza a Hanna y a Caleb? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones con nosotros!

Irene Alva
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