¿Sueñan los ejecutivos de Netflix con renovaciones eléctricas?

Como si de un relato de ciencia ficción se tratase, a día de hoy en la televisión ya es posible la vida más allá de la muerte. Si antaño una cancelación temprana suponía el final indiscutible de una serie por mucho que la base de fans presionase en contrario, véase ‘Firefly’ o ‘Veronica Mars’, y salvo ciertas excepciones, como pudiese ser la de ‘Jericho’, a día de hoy se ha abierto una nueva vía en forma de una segunda vida en los servicios ‘video-on-demand’.

Al igual que en la carrera espacial, existe un evento muy concreto que ha abierto la veda a los rescates de ultratumba por parte de los principales operadores de ‘streaming’ del mercado. Hoy lo conocemos como la cuarta temporada de ‘Arrested Development’. Puede que desde la perspectiva actual pueda parecer un ejemplo más de los múltiples rescates que hemos vivido en los últimos años, pero puesto en perspectiva supone el pistoletazo de salida para toda esta recua que hoy nos ocupa y probablemente como ejemplo sea a su vez el más paradigmático de todos.

No solo porque con sus tres temporadas en FOX, cadena que se llegó a cosechar muy merecidamente el apelativo de parca para series de calidad, llegó a alcanzar el estatus de comedia de culto sino porque su elenco contaba con actores y actrices que han llegado a tener gran calado con anterioridad o posterioridad a la misma. Ahí estaban los célebres Jason Bateman (‘Cómo Acabar Con Tu Jefe’), Portia de Rossi (‘Ally McBeal’), Michael Cera (‘Scott Pilgrim Contra El Mundo’), Will Arnett (‘Lego Batman’), Jeffrey Tambor (‘Transparent’), Tony Hale (‘Veep’) o Jessica Walters (‘Archer’) entre otros. Para Netflix poder juntarlos a todos de nuevo bajo su techo era otra oportunidad de oro para dar a conocer su departamento de producción propia junto a sus grandes dramas como ‘House of Cards’.

No fue una tarea fácil, especialmente por lo concurrido de las agendas de los intérpretes, que obligó a su creador Mitch Hurwitz a optar por una estructura distinta que limitase la interacción de sus personajes principales. Lo que a su vez provocó una reacción dispar dentro de la crítica con respecto a estos cambios introducidos, pero que quedaría en segundo plano con respecto a la conclusión principal que sacó la industria al respecto de este experimento: no solo estamos ante un modelo de negocio perfectamente factible sino que genera mucha expectación mediática y se parte con una base de espectadores fijos que ningún show creado de cero va a tener por defecto.

Partiendo de este punto, casi cualquier serie cancelada podría ser susceptible de ser rescatada por Netflix y a lo largo de los últimos tres años hemos visto una plétora de series volviendo a la vida independientemente de su género u origen. Desde la animación como ‘Star Wars: The Clone Wars’ o ‘DreamWorks Dragons’ de Cartoon Network, a la comedia canadiense de Showcase como ‘Trailer Park Boys’ pasando por los dramas ‘The Killing’ de AMC y ‘Longmire’ de A&E. Algunas de ellas han llegado para obtener la conclusión que les fue denegada en sus cadenas de origen y otras con vis de continuidad a largo plazo, pero todas ellas compartían lo mismo: un grupo de espectadores deseosos por ver más de sus personajes favoritos.

Tanta validez llegó a tomar esta estrategia que los principales competidores de Netflix han hecho lo propio con otras series de culto. Hulu se ha ceñido a la comedia y ha decidido adoptar la británica ‘The Thick of It’ de BBC por un lado y la norteamericana ‘The Mindy Project’ de FOX por otro, mientras que la corta vida de Yahoo! Screen estuvo determinada por su rescate de ‘Community’. Hasta Amazon, que en teoría basa casi toda su apuesta en un alto número de contenido de creación propia, ha decidido adoptar como si de una hija natural se tratase a ‘Ripper Street’ de BBC America. Podríamos definir a todo este movimiento como una fiebre del oro en miniatura dentro del Salvaje Oeste que ha probado ser el mundo de los servicios ‘video-on-demand’.

Esto nos obliga a ver hacia delante sobre qué series o proyectos podría plantearse Netflix rescatar, más allá de los que ya tiene en cartera. Sirva como ejemplo Mind Hunter’, uno de los grandes proyectos de David Fincher para HBO que quedó en agua de borrajas – en este período de indefinición de HBO que lleva a postergar su gran proyecto ‘Westworld’ a otoño y a tener ‘sine die’ el estreno de la conclusión de ‘The Leftovers’ – y que el servicio no tardó en recoger al vuelo poniendo al frente a Anna Torv (‘Fringe’) y Jonathan Groff (‘Looking’) y convertirlo en uno de sus proyectos más prometedores.

Aunque si a día de hoy hay un retorno futuro con auténtica expectación por parte de sus seguidores ese es el de ‘Gilmore Girls’, con la práctica totalidad de su reparto volviendo de la mano de su creadora Amy Sherman-Palladino para devolvernos a la actualidad a los personajes de la serie de The CW. Nueve años después de lo que hasta el momento era su ‘series finale’, da un margen muy amplio a los fans de otras series con respecto a lo que se puede soñar con retornos. Más aún si tenemos en cuenta que la cadena Showtime ha logrado rescatar ‘Twin Peaks’ veinticinco años después de su oficiosa conclusión.

Hasta series que no estaban oficialmente canceladas, como era el caso de ‘Black Mirror’, pueden tener una mejor vida en Netflix. Este caso es bastante particular, ya que aunque hubiese emitido dos temporadas y un especial en Channel 4 con un amplio éxito dentro de la crítica y el público, eran conocidas las difíciles negociaciones entre su creador Charlie Brooker y la cadena a la hora de otorgar una nueva temporada. La diatriba entre si otorgarle dos o tres episodios a una tercera campaña acabó llevando la serie a Netflix, que decidió multiplicar la apuesta proponiendo la producción de doce episodios del tirón.

¿Y qué hay de las series que esta misma temporada dicen adiós a sus espectadores de forma prematura? Mucho se especuló al respecto de si ‘Person of Interest’ podría tener vida más allá de CBS, cadena que ha decidido no solo que la serie tenga que acabar tras su quinta temporada sino que ha maltratado sistemática a esta última jugando con su fecha de estreno y haciendo malabares con sus horarios de emisión. Netflix, que además es poseedora de sus derechos de emisión ‘video-on-demand’ en los Estados Unidos, había mostrado un interés serio por hacerse con la serie aunque también había admitido que hasta que CBS no cancelase de forma oficial la serie no podrían ni iniciarse las conversaciones.

Si tuviésemos que decantarnos por una serie cancelada recientemente con serias opciones de resucitar en Netflix, probablemente la favorita sería ‘Agent Carter’. No solo por la fructífera relación entre la compañía y Marvel Studios, de la que ya han visto la luz ‘Daredevil’ y ‘Jessica Jones’ y aún están pendientes ‘Luke Cage’, ‘Iron Fist’, ‘The Defenders’ y ‘The Punisher’, sino para encontrar una alternativa seria a una ABC que también ha decidido pasar del proyecto ‘Marvel’s Defenders’ y de la que no parecen encontrarse demasiadas oportunidades para generar sinergia intra-marca dentro del conglomerado Disney. Una forma de solidificar las relaciones con los nuevos aliados y un toque de atención a los de siempre, todo ello justificado con el auténtico clamor popular a la hora de saber más de Peggy Carter (Hayley Atwell) y los orígenes de S.H.I.E.L.D. y su entorno.

Lo cierto es que observando tanto supuestos pasados, como presentes o futuros, la conclusión a la que llegamos desde esta página es que estamos ante un fenómeno que está en plena ebullición. No es que consideremos a Netflix y sus congéneres una especie de ave de carroña televisiva, pero si que han adoptado dentro de este particular ecosistema un rol muy necesario para el consumidor y para la propia industria. Si esta última cada vez se está destinando más al consumo rápido y masivo, es necesario que ciertos operadores dentro del mercado apuesten por el reciclaje y la reutilización.

Porque existen series que, aunque muertas, están muy vivas.

Capitán Valverde
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