Supergirl 3×04: Fanatismos religiosos

Esta semana ‘Supergirl’ ha tratado un tema demasiado real en toda la historia, demostrando que ningún fanatismo religioso lleva a buen puerto. ¿Lo comentamos?

Como decíamos, el tema del fanatismo religioso está a la orden del día y esta serie ha sabido tratarlo de una manera bastante acertada. Como no, Supergirl (Melissa Benoist) es el centro de este culto religioso encabezado por Coville (Chad Lowe) -parece que el padre de Aria ha dejado Rosewood para mudarse a National City-. Coville estaba en aquel avión que salvó Kara por primera vez, cuando se convirtió en Supergirl, y la considera un milagro, una diosa. Así, inicia este grupo de «Salvados por Supergirl» que no se conforma con sus miembros sino que invita a otros a arriesgar sus vidas para ser salvados por la heroína y unirse a ellos.

Kara se enfrenta a lo que podríamos llamar su mayor fan para hacerle entrar en razón, pero éste claramente no es capaz de razonar claramente. Además, solo con ver a Kara sabe que ella es Supergirl. Como ya esté pasando en otras series, parece que la identidad secreta de la reportera empieza a verse comprometida, aunque Coville promete no recordar su nombre. El conocimiento de Coville sobre la cultura, la religión y los rituales de Kripton va mucho más allá y, tras preguntarnos cómo sabe exactamente que palabras debe decir al rezar, descubrimos que posee una pieza que los propios kriptonianos enviaron al espacio para que su cultura fuese conocida. ¿Cómo la ha conseguido Coville? Es algo que parece que no sabremos.

A pesar de su encuentro con Kara, Coville convence a todos sus seguidores que deben hacer estallar una bomba en un estadio repleto de gente para que Kara los salve y ellos abran los ojos ante la diosa que tienen delante. ¿Lo de matar a gente en nombre de Dios no nos suena de algo? Finalmente, tras cortarse y mostrar que sangra como cualquier otro, Kara consigue convencerlos de que no podrá salvar a toda esa gente y, con la ayuda de Alex (Chyler Leigh), se deshacen de la bomba. Todo el mundo está a salvo y Coville acaba en prisión. Ojalá en la vida real estas cosas acabasen tan bien. 

Por su parte, Alex sigue pasándolo mal con todo el tema de no ser madre. Tras reunirse todas las chicas en casa de Kara -Kara, Alex, Maggie (Floriana Lima), Lena (Katie McGrath) y Sam (Odette Annable)- la cosa empieza a ponerse tensa cuando Sam saca el tema y todo culmina en el recital de Ruby (Emma Tremblay). Tras oírla cantar, Alex sale llorando y le dice a Kara que no sabe si podrá renunciar a la maternidad a pesar de todo lo que quiere a Maggie. ¿Cómo acabará este conflicto? 

Al final del episodio, vemos como al tirar el «Betahedron» al centro del universo, esto desencadena una reacción que activa unos túneles con gente encerrada en tubos. ¿Qué está pasando? Además, esto parece estar relacionado con la conversión de Sam en Reign que ha empezado a suceder en este capítulo. ¿La veremos totalmente convertida pronto? Sería una buena trama para mid-season.

¿Qué os ha parecido el capítulo?  ¿Qué serán esos túneles? ¿Cómo seguirá la relación entre Maggie y Alex? ¿Creéis que Maggie finalmente cederá? ¿No creéis que Kara podría currarse un poquito más las excusas cuando tiene que irse para ser Supergirl? Decir que va a por hielo cuando todas están bebiendo vino… ¡Animaos a comentar con nosotros y os esperamos la semana que viene!

1 comment
Raquel
AUTHOR
PROFILE

Quizás te pueda interesar...

¡Comenta el capítulo con nosotros!