The Affair 2×10: Terapia

Esta semana la visión dual de los hechos se divide entre los dos lugares de terapia por excelencia: el sillón y el bar. No, no hay muchas respuestas esta semana, pero abunda la auto reflexión, ¿y qué es más ‘The Affair’ que eso?

El juicio de Noah (Dominic West) se da por comenzado en lo que asumimos que es el presente de los acontecimientos, y volvemos hacia atrás para analizarle en profundidad junto a su terapeuta, una cálida Cynthia Nixon. ¿Quién no le confesaría todo a una mujer con una presencia tan tranquilizadora? El bebé ya ha nacido y el drama que dejó el capítulo anterior, huracán y casi-incesto de por medio, necesitábamos dar un paso para atrás para analizar (o psicoanalizar) la situación. Noah ha sido siempre el protagonista de la serie porque de alguna forma ha estado al mando de la situación en muchas de las ocasiones, es su familia la que ocupa un lugar privilegiado cuando están en Montauk y es su hombría, sus borracheras y su… pene los que toman muchas decisiones importantes. Por lo tanto quizás sea el que más análisis necesita, ¿no? El problema es que Noah es escritor, artista, y ha sufrido muchos cambios los pasados años, así que verle en plena crisis existencial no es algo nuevo. Puede que sea hasta incómodo.

Le dedicamos la mitad del capítulo (su mitad) a sentarnos con él en un sofá y verle lagrimear mientras nos fuerzan a que creamos que el Noah de un año después de la fiesta, un año después del nacimiento de su hija, ha evolucionado mucho. Creo que es una emoción compartida, la de desesperación  y cero simpatía con su personaje – lleva esta temporada comportándose como un imbécil, objetivamente hablando. Y esta semana es más de lo mismo, una especie de redención silenciosa, intentando vendernos al antiguo Noah: más bohemio, viviendo apasionadamente porque no sabe hacerlo de otra forma. El que sea un artista torturado no ha “mejorado” su personaje de la forma que él cree. Sin embargo el auto analizarse puede ser muy sano y debe permitírsele. Hasta ahora durante esta temporada no le han dejado tiempo para sentarse (literalmente) y hablar de sus sentimientos, y aunque puede que estemos entrando en terreno pantanoso, podríamos pensar que estamos viviendo una catarsis junto a él. No se merece, después de todo el mal que ha hecho, justificar sus acciones de ninguna manera, pero conocerle más es una delicia, aunque no nos encante.

Para él, toda figura femenina acaba haciendo daño o convirtiéndose en el eje principal de una historia, y aún intentando no “inspirarse” a la hora de escribir, Marlene Dietrich aparece en su vida sin querer y lo arruina todo seduciendo a su protagonista. Su conflicto por lo tanto es este: sencillamente quiere ser dos tipos de hombre, uno bueno y un genio. La cuestión es, ¿puedes ser un buen padre, una buena persona, y también vivir por tu trabajo, ser reconocido? Según Noah, podría ser Ernest Hemingway si no tuviese las ataduras de la responsabilidad, y es este conflicto interno el que le define. ¿En quién se convertirá Noah Solloway? ¿Merece poder elegir? ¿Nos da igual  Noah si no está en plena crisis?

Alison (Ruth Wilson) es la segunda perspectiva de la semana, y sin embargo no es la mitad de introspectiva que la de su prometido. Muy en línea con cómo ella se ve, sufriendo en silencio y con tramas importantes a la larga (el padre biológico de su hija, por ejemplo) pero que tienen poco impacto en la línea argumental actual, sobre todo en contraste con las de Noah. Cada vez que Alison interactúa con otro personaje se encoge más y más dentro de sí misma. Lo vemos esta semana, yéndose de su clase a medias, metafóricamente dejando en segundo plano su deseo de convertirse en médico. Lo vemos también en su encuentro con Scotty (Colin Donnel), igual de desequilibrado y desconcertante que siempre, planeando comprar el Lobster Roll. Finalmente, Alison versus Cole (Joshua Jackson) y su nueva prometida (Catalina Sandino Moreno). Sentimos su conflicto interior, como el de Noah, pero a un nivel muy diferente. Lo sentimos porque lo vemos, no hace falta que nos lo digan: que ella y Noah destrozaron dos matrimonios para estar juntos y ahora son los demás los que han conseguido recomponer su vida antes. Sentimos ese dolor de forma momentánea, sin embargo, porque parece que la visión de Alison nos sirve sobre todo para colocarnos en el futuro y avanzar la trama de forma adecuada. Nadie se para a escucharla hablar de sus sentimientos, pero muchos queremos saber qué resultados dio el maldito chupete.

¿Qué os ha parecido el capítulo de esta semana? Viene bien darse un respiro de vez en cuando y tener un capítulo para reflexionar, pero en ocasiones ha sido demasiado indulgente, ¿qué opináis? ¿Y que nos dejen aún con la incógnita de quién es el padre de Joanie? ¿Tenéis teorías al respecto?

2 comments

Quizás te pueda interesar...

¡Comenta el capítulo con nosotros!