Ha llegado el momento de despedirnos de esta serie. La séptima temporada de ‘El mentalista’ ha puesto punto y final a esta maravillosa serie y las aventuras de su fantástico elenco. En esta entrada te lo contamos, por lo que si todavía no has visto los episodios finales, puedes encontrarte con algún que otro ‘spoiler’.
Todo en esta temporada salía a pedir de boda. Perdón, de boca, de lo otro hablaremos luego.
Patrick (Simon Baker) y Lisbon (Robin Tunney) han sido los indiscutibles protagonistas de esta última temporada, algo que el conjunto de seguidores pedía a gritos. La satisfacción de los incondicionales de la serie se ha dejado patente en cualquier foro o red social, y estos últimos capítulos no han hecho más que avalar ese buen sabor de boca con el que nos despedimos de todas estas historias que el equipo de la serie nos ha ido regalando año tras año.
Patrick por fin le pide matrimonio a Lisbon; ella, por supuesto, acepta de forma muy casual y este acontecimiento provoca una emoción inmediata. Claramente, no podemos dejar atrás uno de los mejores momentos que nos trajo esta noticia: Cho (Tim Kang), como buena dama de honor, acude a la prueba de vestido de Teresa, y sus opiniones son tan sinceras como cortantes… vamos, en la línea del personaje; irónico y divertido manteniendo la seriedad más impoluta, imposible que no nos guste.
Obviamente, la serie no podía ser sólo felicidad, y Jane es secuestrado por un psicópata que le acusa de fingir sus habilidades psíquicas y que además resulta ser un obsesivo de la sangre… En fin, un panorama desalentador y turbio que consigue devolvernos esa trama de suspense típica de la serie; trama que, por otra parte, se había diluido un poco esta temporada debido a la atención que acaparaba la relación entre los dos protagonistas.
Este «pequeño» obstáculo nos ha ofrecido momentos de tensión y de comedia, ambos aspectos combinados de forma brillante, algo a lo que nos tenían acostumbrados en esta serie. Algo que, sin duda, echaremos de menos.
Como no podía ser de otra forma, la complicidad entre Lisbon y Jane fue algo que se destacó de forma constante durante todos los capítulos; esa relación romántica que conserva la camaradería entre ambos es lo que nos hace que nos gusten tanto, que nos resulten tan afables y que queramos que les vaya genial en todo lo que emprendan juntos.
Destacar, sobre todo, el momento en el que Jane le arrebata el arma a Lisbon para darle el ramo de novia y poder celebrar la boda de ambos. Adorable.
Por último, la boda no fue la única buena noticia que nos trajo el final de la serie. Dejamos a Jane y Lisbon sabiendo que en unos meses recibirán a un miembro más en su recién formada familia, ¡por fin!
Y con muchos sentimientos y poco más que decir, nos despedimos de Patrick, Lisbon, Cho, y todos los que alguna vez formaron parte de esos cuarenta minutos que nos mantenían pegados a la pantalla. Sin duda, una serie excelente; y, sobre todo, unos personajes para el recuerdo.
