La segunda temporada de la serie protagonizada por Emily Osment, una cocinera que no invierte demasiado tiempo en cocinar, ha llegado a su ecuador y los resultados están siendo más que satisfactorios. Seguid leyendo bajo vuestra responsabilidad si todavía no habéis visto los primeros seis capítulos, porque en esta entrada hay ‘spoilers’.

Si esperábamos una temporada llena de idas y venidas entre Gabi (Emily Osment) y Josh (Jonathan Sadowski), estábamos muy equivocados. Afortunadamente. Es cierto que ambos siguen bastante perdidos en lo que respecta a los sentimientos que tienen el uno por el otro, sin embargo, la serie ha decido dejar esa trama de lado y resaltar precisamente los hilos argumentales de los personajes secundarios, que prácticamente están eclipsando a los protagonistas con tramas más interesantes y diálogos más divertidos y con muchísimo más peso.

Mientras Josh ha añadido a su lista de conquistas a unas cuantas rubias más, entre las que se encuentra la mismísima Kylie Minogue, y Emily se dedica a suspirar por Cooper (Jesse McCartney) y a ser feliz por lo maravillosa que parece su relación, las risas nos llegan de parte de la despistada y adorable Sofia (Aimee), los comentarios afilados de Elliot (Rex Lee) y las situaciones no demasiado habituales en las que Yolanda (Kym Whitley) ha adquirido la habilidad de encontrarse.

Pero que los personajes de Josh y Gabi (sobre todo el de Josh) hayan quedado reducidos a mero apoyo de lo que sucede a su alrededor no es necesariamente malo, porque por muy comunes que sean las situaciones que nos muestra ‘Young & Hungry’ la verdad es que sigue resultando refrescante y divertido sentarse a ver sus capítulos. A pocos nos importan los líos amorosos de Josh, la dependencia de Yolanda con respecto a su ex marido y el eterno ‘crush’ que Elliot profesa por su jefe, pero, ¿y lo divertido que es verlos reaccionar y actuar ante cosas que podrían sucedernos a cualquiera? Ese es el encanto de las sit-com y esta serie se lo sabe de memoria y se molesta en que siga siendo así.

Solo quedan otros seis capítulos para finalizar la temporada, ¿recuperarán los protagonistas las riendas de la serie o quedarán relegados a un segundo plano cuyo único interés es si terminan o no juntos? Ahora que Cooper se ha enterado de lo que Josh realmente siente por Gabi, todo apunta a que la temporada termine con ella enfadada con él por no contarle lo que sabía y con las puertas de nuevo abiertas a lo que pueda suceder entre ella y Josh, aunque ambos están tan enfrascados en sus líos amorosos que tampoco me extrañaría que se hayan olvidado de lo que sentían el uno por el otro.

¿Esperáis que haya una tercera temporada o creéis que con dos es suficiente? De momento los capítulos mantienen el nivel y los chistes fáciles todavía parecen nuevos, pero su temática es tan predecible y está tan gastada que no creo que alargarla les hiciera ningún favor, menos todavía cuando la única trama que se mantiene es la hipotética relación entre dos protagonistas que no tienen demasiada química. ¿Cómo lo veis? ¿Votamos por un ‘spin-off’ basado en la vida de Sofía como abogada?