Scandal 4×22 Season Finale: La inusual felicidad

El final de temporada de ‘Scandal’ llegaba con muchas cosas por resolver y muchas formas de ser resueltas, y de todas las posibilidades han elegido una bastante atípica respecto a lo que nos tienen acostumbrados. Vuelve a esta entrada cuando hayas visto el último capítulo de la temporada para evitar los ‘spoilers’.

La misión principal era revelar todos los crímenes cometidos por B613 y que el padre de Olivia (Kerry Washington), Rowan (Joe Morton), recibiese su merecido. Una vez más, papá Pope va un paso por delante y todo aquel que resulte la más mínima amenaza a su estabilidad acaba muerto.
Lo más sorprendente en esta línea dramática ha sido la renovada complicidad de Huck (Guillermo Díaz) con Rowan. Al parecer ha sido él el encargado de matar al jurado que había presenciado la declaración de Jake (Scott Foley) y ha sido Quinn (Katie Lowes) quien lo ha descubierto.

Huck se ha presentado como un personaje relativamente mejorado a principio de temporada y creíamos que, por fin, todo iba a salir bien e iba a ser capaz de regresar con su familia y tener una vida lo más normal posible; pero con este «pequeño» detalle nos han dejado claro que Huck es demasiado vulnerable a aquello en lo que se ha convertido, lejos de haber mejorado ante la posibilidad de una vida normal.

Finalmente tenemos a Rowan entre rejas por una tontería no relacionada con B613, ya que él mismo se ha encargado de eliminar cualquier documento que lo atase a dicha organización y de matar a los pocos agentes que quedaban vivos. ¿Demasiado fácil, no os parece? No podemos creernos que este sea el final de papá Pope; es una salida demasiado sencilla, muy poco elaborada, muy poco del estilo de la serie, que tiene a sorprendernos con algún cabo suelto que Olivia consigue atar para llegar a la justicia. Si en realidad es así como acaba la historia con papá Pope, más que decepcionante es insultante para los seguidores de la serie.

Mellie (Bellamy Young), por su parte, ha conseguido ser senadora, y está decidida a presentar su candidatura a la presidencia. Fitz (Tony Goldwin), sin embargo, se deshace de ella cuando se entera de la visita que papá Pope le había hecho. Una vez más, una salida poco creíble… ¿Después de todos los impedimentos que parecía haber para que Mellie desapareciese de su vida como primera dama, ahora es expulsada de la Casa Blanca por ser la víctima de un chantaje? Parece una broma, un chiste fácil. El propio Fitz sabía que no podía deshacerse de su Primera Dama por su condición de presidente y figura pública, incluso cuando tenía motivos para hacerlo; ¿y lo hace ahora sin pensar en las consecuencias porque Mellie ha sido extorsionada por un criminal que él también aborrece? Carece de sentido, de lógica y de buen gusto.

Fitz también despide a Cyrus (Jeff Perry) y Elizabeth (Portia de Rossi) ocupa su lugar. Personalmente, creo que el personaje de Portia puede dar mucho juego, y esta decisión indica que volverá la temporada que viene y, probablemente, como una personaje más habitual en la serie. Esta es una de las pocas partes que se han salvado de este final de temporada.

Por último, hablemos de lo que más importa a los fanáticos de la serie en cuanto a asuntos amorosos (motivo por el cual está enganchada una gran parte de los seguidores): Jake se despide de Liv. Le confiesa que está enamorado de ella pero que ya la ha cuidado, y ahora que papá Pope está entre rejas y ella está a salvo, su misión ha terminado. Tiene toda la pinta de una despedida para siempre y en mi opinión creo que es un error; no sólo por la historia que Olivia y Jake tenían juntos, sino por falta de coherencia con lo que ha ocurrido en los capítulos anteriores, cuando Olivia le decía que jamás deberían haber abandonado la isla y demás.

No contentos con dejarnos caer que no volveremos a ver a Jake, Fitz vuelve a casa de Olivia después de la temporada más floja y aburrida que han tenido ambos como pareja. Ella no está pero, sorpresa-sorpresa, está esperándole en la Casa Blanca. Una vez más, un personaje cohibido por las apariencias políticas que puedan desatarse ante el escándalo, deja todo pudor atrás sin aparente motivo y se lanza a los brazos del conflicto. Puedo entender que es la salida romántica más satisfactoria para algunos seguidores, pero sin apenas momentos entre los dos en los capítulos anteriores, con un distanciamiento perfectamente claro y Fitz centrado en apoyar la candidatura de Mellie, esta reconciliación pasional parece sacada de la manga.

Sin duda, este ha sido el final de temporada más flojo de la serie, algo a lo que no nos tienen en absoluto acostumbrados, sin ningún tipo de intriga colgando en el aire, con prácticamente todas las tramas cerradas y la mayoría de ellas de una forma pobre, utópica e irreal. La serie está renovada para una temporada más, pero, visto lo visto, tendrán que partir de cero o reabrir una de las tramas que parecen cerrada en esta temporada. Ambas soluciones son arriesgadas, la primera porque carece de precedentes para unos seguidores satisfechos con el final de esta temporada y sin ningún motivo para empezar a ver la siguiente; y la segunda por falta de creatividad, ya que daría la sensación de estar repitiendo siempre lo mismo.

Esperemos que lo solucionen rápido o harán de una gran serie un pseudo-cuento de hadas mal elaborado con un poco de sangre de por medio. Hasta la próxima temporada, gladiadores.

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Elisa
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