The 100 2×04: ‘Many Happy Returns’

La serie estrella de la CW la temporada pasada está sorprendiéndonos gratamente esta temporada con un dinamismo y facilidad que resulta inspirador. Para una servidora, esta es la mejor ficción de la cadena actualmente. Pero eso podemos discutirlo más adelante. De momento, dejadme avisar de los ‘spoilers‘ y ¡empezamos!

 

Como lleva ocurriendo en cada capítulo de lo que llevamos de temporada, los personajes principales están divididos y la intriga de si volverán a juntarse y cuándo será eso mantiene una expectación de base con la que muchas otras series no cuentan.
Clarke (Eliza Taylor) y Anya (Dichen Lachman) por un lado huyendo de los hombres de la montaña que los persiguen y creando una amistad-odio que mantiene la esperanza de que Anya ablande su corazón.
Finn (Thomas McDonell), Bellamy (Bob Morley), Murphy (Richard Harmon) y esos dos desconocidos que a ninguno importan van en busca de los que faltan.
Y aunque todo lo demás pasa a un plano bastante relegado, este capítulo le ha dado la importancia necesaria a Jaha (Isaiah Washington) que está en la «zona muerta». Ante la pregunta de si eso está en la zona este de EEUU, la única respuesta es que está cerca de la Ciudad de la Luz.
Históricamente y en la cultura que nosotros tenemos, la CIudad de la Luz es París, por su protagonismo en el Siglo de las Luces y porque fue la primera ciudad en conseguir iluminación callejera. Que aquí estemos hablando de la misma ciudad parece complicado, puesto que Europa central como la conocemos no tiene ningún desierto ni el clima (aunque sea en 100 años) como para desarrollar uno ante la destrucción de la civilización.
Como descartamos que estén fuera de América porque los americanos se creen que ese es el único mundo que existe, pasamos a otras opciones.

Según Wikipedia, algunas de las ciudades en EEUU conocidas de esta manera son Las Vegas (porque es la ciudad más iluminada del mundo en las imágenes de satélites) y Los Ángeles (por las luces de Hollywood). Ambas ciudades serían todo un escenario que ver después de la desolación de cien años de abandono y sería todo un lujo poder ver, por primera vez en ‘The 100‘ qué ha sido de la civilización como la conocemos. No todo el mundo tuvo que haberse recluido a los bosques, seguro que queda algo o alguien en zonas más metropolitanas.

Este episodio ha sido un constante devaneo de ahora sí, ahora no. Los guionistas se han reído de nosotros de lleno, pegándonos unos sustos horrendos y -volviendo a la mecánica de la temporada pasada- matando a personajes con poco control del número de gente que les queda.
Siempre pueden hacer como ya hacían el año pasado y presentarnos a uno nuevo a cada capítulo del que ni siquiera nos hemos aprendido el nombre y ya está muerto.
Eso no es lo que ha ocurrido con Anya. Su vuelta al protagonismo después de varios capítulos desaparecida había sido como agua de mayo.
Su personaje era enigmático y al mismo tiempo atractivo, peligroso pero interesante. Y su fiereza nos hacía querer saber más de ella. Incluso la veía como una mentora para Clarke en estos dos últimos capítulos.

Y tan rápido como apareció se la han cargado. Además por error. Qué desastre.
En el campamento una lisiada Raven (Lindsey Morgan) perdía protagonismo estando recluída, ¿y como lo solucionan los guionistas? ¡BAM! ¡Interés amoroso! «¿No tenemos por ahí algún ingeniero sexy y divertido que podamos sacarnos de la manga para la pobre Raven? Oh, casualmente…» No vamos a rechazar este arreglo por, ¿hola? ¡Me presento voluntaria! Juntos van a hacer cosas frikis como arreglar aparatos y crear globos gigantes de helio para atraer a cualquiera.

En definitiva, este capítulo ha sido también una oportunidad para desprestigiar a Finn. El joven se estaba volviendo aburrido con tanta moral y bondad que nadie sabía de dónde salía. Incluso Clarke ha aprendido a ser algo más salerosa. Ahora le tocaba a él.

Después de dos rupturas de corazón y de haber perdido a todos sus amigos durante un tiempo, decide volverse loco y suicida por encontrar a Clarke. ¿Amor o desesperación? Sabe que Raven no quiere saber nada -más de lo necesario- de él.

Incluso Bellamy ha quedado bien -muy bien de hecho- comparado con él esta semana. Arriesgando su vida por una persona que ni siquiera conocía.

Eso sí, después de haber dejado morir al tipo -probablemente porque él tampoco se acordaba de su nombre y ya le daba vergüenza preguntar-.      ¿Es que quién deja a un chaval bajar por un precipicio por una cuerda sin mirar ni una sola vez la cuerda, cómo está atada y cómo funciona? 4 tontos. Es que hasta Murphy ha quedado mejor que Finn, Aunque sus intenciones siguen quedando algo difusas para mí y su cara de «te voy a violar mientras duermes» me perturba. Todos los capítulos.
Por cierto, ¿cómo pueden vivir teniendo la cara tan sucia? Porque si sólo fuera suciedad de las cosas de la vida en el campo vale, porque no te das ni cuenta, pero a Bellamy le falta una cagada de pájaro para terminar el cuadro.

Tiene porquería, sangre (que no se sabe si es suya), sudor, el pelo en la cara…

Me estresa mucho, porque sé que yo no sería capaz de no estar todo el día tocándome la cara. Otra es Clarke, que además de ir asquerosa, va con el pelo suelto como si no le molestara en absoluto.

Quedan tres incógnitas generales al finalizar: ¿qué van a encontrarse Finn y Murphy? Y ¿quién buscaba a Jaha? ¿Cuál ha sido el «happy return«?
Esto por supuesto desata miles y miles de preguntas más, pero parece que la promo nos soluciona ya algunas y quiero saber vuestras teorías sobre el resto.

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Marina Ortiz
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