The Mindy Project 3×10: ‘What about Peter?’

¿Y qué pasa con Peter (Adam Pally)? Esta semana en “The Mindy Project’” parece que se lo preguntan, y, después de la noticia de que Adam Pally dejaría de ser uno de los personajes principales de la serie, le dan un giro a su personaje. Si aún no habéis visto el último capítulo, cuidado con los ’spoilers’ que vienen a continuación.


Somos transportados por un rato de nuevo al mundo de Peter, que, poco sorprendentemente es una pocilga de chicos (mayorcitos ya, eh) de fraternidad, viviendo la eterna juventud del bebé adulto que sigue jugando al ‘beer pong’  de manera habitual. Y aquí llega Súper Mindy (Mindy Kalling) al rescate; la amistad entre estos dos es tanto poco esperada como bien recibida (¿quedan para tomar brunch y ver a Rihanna? Mindy ha encontrado su BFF), y parece que le lleva a Peter en el buen camino de la edad adulta. O bueno, más o menos. Es difícil decidir qué es más entretenido de ver, si cómo Peter es incapaz de ser el ‘grown up’ que quiere ser – no se puede duchar porque “la camiseta que iba a usar como toalla” ha sido manchada por su perro… – o cómo la fiel Mindy le defiende frente a Danny (Chris Messina). La dinámica entre los tres es maravillosa, sobre todo viviendo en el mismo apartamento, regalándonos escenas como el intercambio en la ducha y ese “Give me some of that brown butter”. Así que, a pesar de un final vengativo por parte de Peter, esta temporada el personaje no ha parado de evolucionar, y da mucha curiosidad qué harán con él antes de su despedida de la serie. ¿Vosotros qué opináis? ¿Le darán un nuevo trabajo en otra parte? ¿Algo que le permita poner en práctica esta nueva madurez?

Pero el enfoque principal de este capítulo no ha sido Peter, pese al título, sino cómo evoluciona la relación entre Mindy y Danny. Recapitulemos un poco: Danny ha leído el diario de Mindy, y sabe de sus expectativas de la relación; Danny no ha hecho nada al respecto. Ah, ¿ya está? ¿Eso es todo lo que había que recapitular? Bueno, pues después de este capítulo, lo lleva hasta un paso más allá, porque no sólo no tiene demasiada visión de futuro con Mindy, si no que antes ve que su “familia” se limita a su madre. Por una parte no es sorprendente, ¿no? Es la única familia que tiene, y sabemos lo prudente que es Danny con cualquier decisión complicada. Pero por otra, no sólo no está pensando en un futuro lejano con Mindy, sino que tampoco está pensando en uno cercano – ¿ni siquiera vivir juntos oficialmente?

 

Gracias a dios que Mindy esta semana nos ha sorprendido, y favorablemente. Si ya sorprendieron las confesiones de su diario, esta semana ha sido igualmente madura, sincera, y sorprendente. Danny acaba diciendo que le “pone nervioso” la idea de vivir con Mindy (¿no soy la única que recuerda que hubo un tiempo que él quería que Mindy se mudara al mismo edificio, no…?), pero que “si quiere”, lo intentará. La frase menos convincente y el plan menos apetecible de la historia, Danny. Y demos gracias por el hecho de que Mindy no se callara, riera, o ignorara lo inconsiderada que es toda esta situación, como lo hubiese podido hacer la antigua Mindy; en este caso, deja la pelota en su jardín y suelta un magnífico: “Sólo quiero estar con alguien que esté igual de emocionada y segura que yo de nuestro futuro. Y si no lo estás, no pasa nada, sólo dímelo. Porque, la verdad, voy a estar bien pase lo que pase.” BAM. Esta es Mindy, la que sabe que se merece a alguien que quiera lo mismo que ella, y no a alguien que se mudará con ella porque haya insistido. ¿Notáis algo en el aire? ¿Está cambiando algo? ¿Mindy se está empezando a convertir en vuestro personaje favorito? Danny en este capítulo, decepciona, pero, si Mindy está poniendo evolucionar positivamente, ¿lo podrá hacer él también?

La trama secundaria (o terciara, ya que estamos) de esta semana ha sido la protagonizada por Jeremy (Ed Weeks) y Morgan (Ike Barinholtz), y el bebé de Lauren (Tracey Wigfield), Henry. Esta trama no ha sido en vano; lo que ha parecido ser la típica escena de chico-no-sabe-cuidar-de-bebé-de-su-amada hasta que se autolesiona para hacerle reír (suena raro, pero es típica, ¿no?) de verdad parece esconder algo más, ¿verdad? Morgan es encantador con todos sus amigos, y en esta ocasión no podría ser de menos, pero si no fuera por él, Jeremy podría haber hecho muchas tonterías y no hubiésemos sido testigos de sus confesiones. ¿No cree que sería un buen padre? ¿La única forma que cuidará de este bebé es si existe un mínimo de competencia con Peter? La relación entre Jeremy y Lauren nunca convenció del todo, pero ver que, de la noche a la mañana, son una pareja que dice “Te quiero” antes de irse y aún así a él no le convence la idea de una familia despierta incluso más dudas. ¿En qué os parece que desembocará este dilema? ¿Una posible ruptura al achecho? ¿Y qué pasará con Peter? ¿Se acabarán yendo ellos dos a otra ciudad, despidiéndose así éste de la serie?

 Este no ha sido uno de los mejores ni más graciosos capítulos de la temporada, pero sí ha establecido las bases de dos dramas o cambios potenciales a la serie que podrían cambiar la dirección de esta completamente. ¿Qué creéis que pasará entre Mindy y Danny? ¿Se acabará solucionando todo como si nada o creéis que habrá un gran desenlace antes de la fecha tope de Navidad? ¿Y entre Lauren y Jeremy? ¿Y cuál sería vuestra despedida de Peter ideal? ¡Comenta con nosotros abajo!

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