The Originals 3×10: Hasta que la muerte nos separe

Si pensábamos que el final del capítulo anterior era lo más impactante que íbamos a ver en ‘The Originals‘ estábamos equivocados. Hemos perdido a alguien pero quizá no quién estábamos pensando…

 

¿Comentamos?

A Julie Plec le encanta hacernos sufrir. Es un hecho probado y contrastado a lo largo de ‘TVD‘, ‘Kyle XY‘, ‘The Originals‘ y muy probablemente de ‘Containment‘ también. Pero centrándonos sólo en la protagonizada por los Mikaelson, tenemos varios momentos que nos han dado bien fuerte en nuestro corazón de fans.

Todos dábamos por hecho que el cuello rebanado de Camille (Leah Pipes) era prácticamente lo último que veríamos de ella en la serie. Ya habíamos visto parte de la reacción de Klaus (Joseph Morgan) al despertarse y encontrarse todo el percal a su lado horas antes de confesar su amor y nos intuíamos por dónde iba a salir el híbrido para vengar a su amada: arrasando con todo y con todos. PERO Julie ha decidido que no podía desprenderse de la última de los Connell tan pronto, que todavía tiene cosas que contar y, claro, había que revivirla de alguna forma y aquí me veo obligado a admitir que me gusta, me gusta por donde han enviado a su personaje.

Siempre parecía que Cami no hacía otra cosa en ‘The Originals‘ que molestar, rodeada de todo tipo de seres sobrenaturales y con una tendencia a meterse donde no le llamaban era cuestión de tiempo que acabase muerta o en la situación en la que se encuentra ahora. Ha llevado su tiempo, pero el justo para que su nueva condición como vampiro sea mucho más interesante de lo que podía haber sido, quizá, en la primera o segunda temporada, cuando su personaje todavía no estaba del todo desarrollado ni creía y defendía a raja tabla en sus propios ideales. Cami ha evolucionado a una mujer muy distinta de la que conocimos la primera vez que pusimos los ojos en New Orleans, y probablemente sea ese personaje femenino que todos queremos ver en ‘The Originals‘ y en lo que queremos que se conviertan las demás, incluidas Freya (Riley Voelkel) y Rebekah (Claire Holt), es un tema del que ya hemos hablado anteriormente, pero ahora veo la luz al final del túnel gracias a Cami.

El mundo del vampirismo le ha dado con fuerza en la cara, ella misma sabía que el momento llegaría, pero ha sido interesante ver ese conflicto interno de si decidirse a vivir o morir de acorde a lo que ella creyó durante toda su vida que era lo correcto. Cami es un personaje muy complejo aunque no lo parezca y este capítulo me ha abierto los ojos para redescubrir a un personaje completamente nuevo y no sólo porque ahora beba sangre, que también, si no por lo que la empujó a tomar esa decisión: no ha sido por complacer a Klaus, lo ha hecho para poder hacer lo que hacía hasta ahora pero a otro nivel y ayudar a quién lo necesite.

Bien es verdad que el vampirismo tiene ese famoso interruptor de humanidad del que tanto hemos oído hablar y puede que los planes de Cami se tuerzan un poco al principio a juzgar por la última escena, ¿se convertirá en una ripper como Stefan (Paul Wesley)? POR FAVOR.

En otro orden de cosas, la salvación de Cami tuvo su precio, y no es otro que Jackson (Nathan Parsons). Todos los que entran en la órbita de los Mikaelson acaban muriendo tarde o temprano, son malas noticias para todos aquellos personajes con los que nos hemos encariñado con el paso de los años, pero es una realidad con la que a Julie Plec le gusta jugar, ¿que ahora te cae bien «X»? Pues toma muerte.

No era la hora de Jackson, ahora que sus diferencias con Hayley (Phoebe Tonkin) y el resto de su familia estaban aclaradas, podían mover ficha y cuidar a Hope y defenderse de sus enemigos en paz y armonía pero tanta tranquilidad no vende, ¿verdad? Había que torcerla para convertir a Hayley en una máquina con ansia de venganza y de muerte.

De hecho, la propia Phoebe Tonkin cree que existe la posibilidad de que Hayley apague su humanidad y haga exactamente eso. Decisión lógica y normal teniendo en cuenta el historia de ‘TVD‘ y ‘The Originals‘ pero que puede que no suceda porque Hayley, ante todo, es madre y dudo que abandone a su hija por esto. Lo cual no la convierte en menos peligrosa, ojo. Tristan (Oliver Ackland) ya está fuera de juego, pero Aurora (Rebecca Breeds) y Lucien (Andrew Lees) aún siguen merodeando por lo alrededores.

Por último, no debemos olvidarnos de la infame profecía, por mucho que uno de los tres antagonistas de la temporada haya caído (o no, dependiendo de si alguien lo encuentra alguna vez que seguramente acabe sucediendo), los demás todavía están y más amenazas están por llegar. De momento ya se ha confirmado la aparición recurrente de nuevos vampiros interpretados por Matt Cedeño y Taylor Cole, además del regreso al presente de Kol (Nate Buzolic) y la presencia de Finn (Casper Zafer) a través del colgante. Tampoco debemos olvidar a Davina (Danielle Campbell) ni a Vincent (Yusuf Gatewood) que aunque sean aliados y estén perdidos la mitad del tiempo son gente muy poderosa que dependiendo de por donde le bailen las aguas pueden hacer mucho daño…

¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo? ¿Qué esperáis de Cami? ¿Os gusta por donde han llevado a su personaje?

¡Debatamos! 😉

Rubén
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