Con un Stefan (Paul Wesley) al borde de la muerte y un Damon (Ian Somerhalder) todavía poniéndose al día con la vida que dejó atrás hace 3 años, ‘The Vampire Diaries’ ha aparecido esta semana con un capítulo en el que se ha dado sentido a varias tramas y que ha subido el listón después de unos cuantos episodios sin demasiada sustancia.
Cuando decides mudarte a un ataúd durante tres años, lo que menos puedes esperar es que, cuando vuelvas, las cosas sigan tal y cómo eran cuando te marchaste, así que la desubicación de Damon con respecto a todo lo que le rodea está más que justificada. La amistad entre Damon y Alaric (Matt Davis) siempre ha sido algo de lo que merecía la pena ser testigos, y por un momento, mientras ambos hacían lo posible por encontrar el cuerpo de Stefan, todos nos hemos creído que iban a volver a trabajar en equipo. Pero ahora Alaric es padre (y futuro marido), así que era evidente que la conversación de “el mundo no se paró cuando tú te auto-disecaste” caería antes o después. Ha sido bonito mientras ha durado, sobre todo saber que Alaric odia echar de menos cazar villanos con el que fue su mejor amigo, pero parece que tendremos que conformarnos con eso.
Aunque no todo son malas noticias para Damon, porque Stefan ya puede respirar tranquilo en su propio cuerpo gracias a Valerie (Elizabeth Blackmore) y su determinación por salvarle la vida aunque el proceso le costase la suya propia. Esta “casi muerte” de la hereje resulta ser la excusa perfecta para terminar la relación entre Valerie y Stefan. No dábamos ni un duro por estos dos cuando empezamos a verlos juntos, pero Valerie ha sabido hacerse entender y, sobre todo, ha sabido cuándo todo lo que podía hacer en la vida de Stefan estaba hecho. Porque sí, ella puede quererle mucho, pero también ha demostrado no ser tonta, y no hace falta que nos enseñen ningún flashback de Stefan escribiendo cartas para Caroline (Candice Accola) para que sepamos que todavía no ha conseguido quitarse a la prometida de Alaric de la cabeza.
Lo que no está tan claro es si volveremos a verlos juntos en algún momento, porque Caroline tiene el sentido de la responsabilidad más desarrollado de la historia de la serie, y ahora que es madre y está a punto de casarse con Alaric es muy improbable que decida dejarlo todo de lado por volver con su antiguo amor, un amor que, además, le hizo muchísimo daño. Aunque en ‘The Vampire Diaries’ todos se han fallado a todos, así que la cuestión realmente sería quién no ha hecho daño a quién.
Con Stefan fuera de peligro y Rayna (Leslie-Anne Duff) resultando no ser relevante para ninguno de los problemas que quedan por resolver, Enzo (Michael Malarkey) libra sus propias batallas. La semana pasada descubrimos la existencia de una pastilla que impedía a las brujas el uso de su magia, y también descubrimos que esa pastilla tenía efectos secundarios mortales. Cuando vimos cómo se desencajaba la mandíbula de Enzo al enterarse de este último dato nuestros pensamientos se dirigieron a Bonnie (Kat Graham), de la que todavía no sabíamos nada más allá de su estancia en ese centro psiquiátrico. Y sí, esta semana no solo se han corroborado nuestras – evidentes – sospechas, sino que POR FIN hemos podido averiguar qué hace Bonnie ahí y con qué finalidad.
La verdad es que poca cosa podríamos haber adivinado pornosotros mismos, porque la clave de la misión de Bonnie era un personaje al que todavía no habíamos conocido, Virginia (Aisha Duran), hermana de Alexandria St. John (Mouzam Makkar), lo que la conecta directamente con ‘The Armory’ y todos sus secretos. Poco ha revelado sobre las intenciones de ‘The Armory’, pero Bonnie nunca ha necesitado más que una pequeña noción de lo que tiene que hacer para llevar a cabo el resto del plan.
Por lo que sabemos ‘The Armory’ necesita una bruja Bennett para abrir una cripta porque fue una bruja Bennett la que se encargó de encerrar ahí lo que sea que haya dentro. Bonnie parece dispuesta a abrir esa cripta si eso significa que ‘The Armory’ va a dejarla tranquila, pero habiendo sido testigos de la reacción de Virginia solo con pensar en la posibilidad de que fuese abierta no podemos esperar nada bueno del resultado de esta situación.
Bonnie todavía no presenta síntomas de estar tan enferma como la Mary Louise (Teressa Liane) que vimos hace dos episodios, pero ahora que se ha enterado de que esas pastillas no solo servían como un escudo de invisibilidad podemos esperar que empeore drásticamente. La buena noticia es que Bonnie no está realmente loca, su estancia en el centro era solo transitoria, como el matrimonio entre Alaric y Caroline o el enfado de Bonnie con Damon.
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Creéis que ha sido mejor que los anteriores? ¿Os ha gustado ver más de Bonnie y Enzo como pareja? Sus escenas han resultado mucho más naturales de lo que podríamos haber esperado, ¿no os parece? ¿Esperabais esa reacción de Bonnie al ver a Damon después de tanto tiempo? ¿Qué ocultará la cripta con la que los St. John están obsesionados?
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