Arrow 3×22: Una boda y unos cuantos funerales

No se termina aquí todavía la temporada de ‘Arrow’, faltaría más. Sin embargo si que presenciamos un momento clave del año, uno de esos que marcan a los espectadores. En este caso es lo más parecido que veremos a una boda gitana en Nanda Parbat, el enlace entre Nyssa Al-Ghul (Katrina Law) y Oliver Queen (Stephen Amell) ahora más conocido como Al-Sahim. A continuación hay ‘spoilers’ y humor pasado de rosca, dad la vuelta si no queréis ninguno de los dos.

Puedes escoger entre dejar que matemos a tu hermana o salvarla y terminar gaseando toda Starling City, lo que puede que mate a tu hermana si está allí. Y ya sabes que siempre hemos querido matar a tu hermana. El dilema del barco y la caja una y otra vez para Oliver Queen, que como es persona de bien siempre escogerá la caja. Aunque como ya se ha enfrentado a Malcolm Meryln (John Barrowman) y Slade Wilson (Manu Bennett), ya se sabe como funciona el percal, por lo que irá preparado con la ayuda de alguien.

¿Con la de quién? Pues… esto… con la de Malcolm Merlyn. Después de que asesinara a Sara Lance (Caity Lotz) hipnotizando a Thea Queen (Willa Holland) para no mancharse con la sangre. No os cuadra a vosotros, no me cuadra a mí y no le cuadra al resto de protagonistas. Pero todo sea porque haya más invitados a la boda gitana del año y que uno de ellos te intente traicionar en el último momento. ¿El que era más probable que traicionara a Oliver Queen por su traicionera naturaleza? Si, ese, pero es que como no lleva la palabra «traición» tatuada en la frente todavía no está claro.

Porque ya me dirás tú para qué se lleva Diggle (David Ramsey) un rifle de asalto que parece que tiene autoapuntado, Laurel (Katie Cassidy) sus dos porras de plástico reforzadísimo que logran parar el acero de una espada y Felicity (Emily Bett Rickards) una tablet con complejo de escudo del Capitán América, si al final a primeras de cambio Merlyn les iba a dejar con lo puesto. No sabemos para qué tanta parafernalia, pero si por qué lo ha hecho Malcolm. Porque puede, por las risas.

Aunque triste de pensar debe ser ahora para Tatsu Yamashiro (Rila Fukushima), que hasta tuvo que ensartar a su marido en su katana solo por pillarle en mal momento. Que pensará que vaya desperdicio de viaje, si al final hay cambio de bando de Merlyn, boda de las narices y todo lo que se esperaba que hubiera. Para eso se quedaba en casa a llorar a su hijo Akio. Pero haría como todos, qué depresión ni qué niño muerto, vamos a cargarnos a unos ninjas random para subir el ánimo.

Ah si, que también hemos tenido ‘flashbacks’. En los que ha pasado… bueno, han pasado cosas. Como que hemos descubierto que Akio ha palmado por no ponerse la vacuna a tiempo, que el sistema inmune de un niño todavía es flojo. O sea, lo mismo que le dicen todos los médicos a esas madres que les ha dado por seguir la moda hipster de no vacunar a sus hijos. Y menudo troll el General Shrieve (Marc Singer) con lo de la insulina, encima de que se les ha muerto el hijo, haciendo escarnio de ello.

Los únicos que más o menos se lo han pasado bien en este episodio y han dejado de poner cara de compungidos han sido Thea y Roy Harper (Colton Haynes). Entre tanta playita y viaje por Madrid a Colton le dio tiempo a grabar una escena de cama con Willa – aunque honestamente muchos también sacaríamos tiempo de donde fuera para eso – para que esta fuese la despedida que sus personajes nunca llegaron a tener. Y también para verlo con el mono de mecánico y el calendario de Pirelli colgado en la pared y haciendo entrega de sus aperos de Arsenal a nuestra querida Thea.

Otra de las cosas que también hemos tenido en el episodio ha sido la aparición de Ray Palmer (Brandon Routh) en el momento clave para cargarse a un caza. Un caza que resultaba ser un señuelo, por que a Ra’s Al-Ghul (Matt Nable) le sobra el dinero para tener cazas como mero señuelo, pero el hombre el gusto se lo ha dado. Quien parece que no tenía muchas ganas de comentarles a sus amigos  que tendrían a The Atom como apoyo era a Felicity, se le pasaría entre tanto jaleo.

Que al final precisamente tanto jaleo para nada. Todos aprisionados y gaseados y al final Ollie casándose con Nyssa, él en pijama y ella con mantilla andaluza. Que ya ha de ser triste presentar una boda en la que el hombre es Stephen Amell y la mujer Katrina Law y ninguno de los dos quiera casarse con el otro. Me sé de unos cuantos de ambos sexos que también harían cola solo por una opción a ser el elegido o la elegida.

Pues esto es lo que pasa cuando juntas a la Liga de Asesinos y a una planificadora de bodas, que te sale una ceremonia delante del jacuzzi y con espadas en alto rica rica y con fundamento. Que dice Ra’s Al-Ghul que como a su mujer no le dieron opción de escoger con quién casarse, y no se qué de un desierto, pues que le da un poco igual que a su hija no le vaya eso de los hombres. Que tire con lo que le toca.

Y nada, está todo el pescao vendido. No les vemos con un felices para siempre, ¿y vosotros?

 

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Capitán Valverde
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