Orange is the New Black 2T: Quedarse quieta es lo difícil

Netflix no sólo no quiere jugar con las reglas habituales del negocio televisivo sino que cuando le toca repartir directamente tira la baraja. Por eso nosotros en vez de ofreceros los ‘recaps’ habituales de cada episodio os ofrecemos una ‘review’ general de toda la segunda temporada de ‘Orange is the New Black’. Atentos a lo que nos ha parecido el segundo año de las aventuras de las reclusas de Litchfield, aunque ojo con los ‘spoilers’.
Si hasta el momento había habido una gran división entre los que defendían a Piper Chapman (Taylor Schilling) y los que la odiaban prefiriendo muy por delante al resto de reclusas, esto ha debido de calar hondo en la mente colectiva de sus guionistas porque ya en su primer par de episodios han hecho resaltar esta gran diferencia. Chapman va por un lado y Litchfield por otro.
La historia de la ya de por si egocéntrica Piper Chapman se va a encerrar aún más en si misma, partiendo de ese primer episodio de confusión en el que al mismo tiempo que la protagonista vamos descubriendo qué significa ese viaje en avión a Chicago y su internamiento en otra prisión de esa ciudad. De alguna forma, la desorientación que sufre Chapman tras un mes en aislamiento es equivalente a la que el espectador tiene tras un año sin la serie, a ambos los sueltan en este nuevo escenario tras mucho tiempo desconectados y que se vayan aclimatando.
Claro que al final todo sirve para mostrarnos el enésimo capítulo del idilio entre la reclusa protagonista y Alex Vause (Laura Prepon), en la que una insta a decir la verdad a la otra, la otra quiere que la primera mienta y al final no se ponen de acuerdo y cada una hace lo que la otra le pedía. No es que destacaran especialmente por su entendimiento, no.
Ya de vuelta en la prisión, nos toca otra episodio en el escenario contrario, con una Litchfield sin Piper Chapman como foco y que ha de cobrar vida por si misma el resto de la temporada. Con Red (Kate Mulgrew) fuera de juego tras el fiasco que supuso su trama de contrabando, ahora son Gloria (Selenis Leyva) y las latinas las que controlan la cocina, pero la llegada de su vieja «amiga» Vee Parker (Lorraine Toussaint) hará que desde su posición de desplazada inicie su propio negocio.
Es aquí donde otra de las características de la temporada sale a la luz, si ya la serie estaba bastante polarizada entre la historia de Chapman y la historia de la prisión, esta última parte se vuelve a subdividir entre la nueva vida de Red con el grupo de las ancianas y su trama con la jardinería y la banda criminal de contrabando de tabaco y drogas que Vee ha organizado con el resto de reclusas afroamericanas del lugar, incluida su hija adoptiva Taystee (Danielle Brooks).
Precisamente dentro de estos grupos es donde tendremos los mayores conflictos, ya que el amor de Poussey (Samira Wiley) por Taystee la hará intentar que esta abandone la escalada de violencia y crimen que Vee ha iniciado, pero la avidez por una figura materna de esta hará que se aleje aún más de ella. Aunque está claro que ‘Orange is the New Black’ no nos enseña un territorio carcelario duro, por lo que llegado a un punto la violencia y manipulación de Vee habrá de cesar.
Especialmente cuando esto supone varios intentos de asesinato entre Red y Vee, lo que hace que una termine en la enfermería y otra abandonada por la que se supone que era su banda. Estaba muy bien que nos quisiesen mostrar cómo sería un escenario más crudo en Litchfield, pero esto no es ‘Oz’ y la humanidad de las reclusas prevalece. Especialmente cuando Crazy Eyes (Uzo Aduba) está a punto de ser injustamente acusada de lo que Vee ha provocado.
Un desarrollo argumental interesante, pero que ha estado un punto por debajo de lo que para nosotros han sido las joyas de la temporada, los ‘flashbacks’ de los personajes más secundarios. Si, hemos tenido más retazos del pasado de Piper y Alex, de cómo Taystee fue acogida por Vee, de los inicios de la guerra entre esta última y Red… pero ninguno prevalece a esas otras pequeñas grandes historias.
A título personal del que escribe y diría también que colectivo del blog, esta temporada ha convertido al personaje de Lorna Morello (Yael Stone) en uno de los mejores de la serie al mostrarnos la obsesión por un hombre al que creía su príncipe azul que le llevó a la cárcel y cómo por mantener la fantasía estaría dispuesta a arriesgar la poca libertad que le queda. La actriz y el personaje de la temporada.
Si parece que dentro de las latinas ha habido poco movimiento es porque, más allá del retorno de Pornstache (Pablo Schreiber), que ponía en peligro el no demasiado idílico amor entre la reclusa Daya (Dascha Polanco) y el guardia John Bennett (Matt McGorry), tampoco ha pasado gran cosa. Pero eso no ha evitado que también nos hayan obsequiado con un ‘flashback’ de Gloria que también se cuente en ese pequeño grupo de joyas del año.
Mucho más entrañables que la nueva vida que decide iniciar Larry (Jason Biggs) con la mejor amiga de Piper, que termina por dejar a esta completamente sola incluso cuando consigue el raro unicornio que supone un permiso para visitar a un familiar – concedido en gran parte por la culpabilidad de Sam Healy (Michael Harney) en el incidente con Pennsatucky (Taryn Manning) en el final de temporada anterior.
O que esa otra historia en la que Piper es parte que implica la destitución de Natalie Figueroa (Alysia Reiner) al frente de las reclusas de Litchfield, en la que Joe Caputo (Nick Sandow) acaba con el control del lugar con el ánimo de hacer las cosas correctamente y no caer en las corruptelas de su predecesora. Aunque claro, la realidad con la que se topa es un poco distinta de la de sus planes.
Aunque si hemos de quedarnos con algo en estos trece episodios es con la historia de Rosa (Barbara Rosenblat), que pasó de ser un mero personaje de fondo que solo destacaba por tener cáncer terminal en prisión a uno de lo que mejor trasfondo ha tenido hasta el momento. La atracadora de bancos cuya adicción al riesgo la llevó a prisión y vio como allí se iban a terminar sus días, solo hasta que aprovechando el cierre por la fuga de Vee Parker nuestra querida Morello le da una oportunidad de huir con su furgoneta. Jugando también un importante papel en el destino final de Vee, a la que consideraba bastante irrespetuosa.
Otra temporada que ha vuelto a ser un gran ‘collage’ de historias y que ha funcionado perfectamente por si misma sin depender tanto de su protagonista. La primera temporada había dejado el listón alto por la forma de presentar todo el universo de la serie, haciendo que mantenerse en su calidad fuera difícil para esta segunda campaña. Y sin embargo sin cambiar mucho más allá del balance de protagonismo que se le ha dado a los personajes han conseguido que el interés permaneciese durante los trece episodios y perdure para una ya confirmada tercera temporada.
Porque Chapman se ha quedado sin periódico de la prisión, pero ha conseguido hacer que su querida Alex Vause vuelva, ¿volveréis vosotros?
David Valverde, .

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Capitán Valverde
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