La reina de las series mamarrachas y ridículas estrenó anoche su séptima temporada con un capítulo que, como no, no nos contó más que tonterías de esas que sólo en ‘Pretty Little Liars’ hacen. Si aún no has visto la ‘season premiere’, no sigas leyendo, esta entrada podría contener spoilers.
Al final de la temporada pasada, ‘Pretty Little Liars’ nos presentó a un nuevo «villano» de nuestras mentirosas, A.D.. Sí, Alison DiLaurentis (Sasha Pieterse) parece la opción más obvia pero… A.D. tiene a Hanna (Ashley Benson) encerrada y torturada en un ¿búnker? en algún lugar del extenso bosque de Rosewood (de verdad, en ese bosque hay de todo y más), y les da 24 horas a las liars para entregarle al asesino de Charlotte (Vanessa Ray), o sino, el destino de la rubia será fatal.
Ni chicha ni limoná sería el mejor resumen de este capítulo pero como todo en esta serie desde hace tres temporada (o más). El capítulo empieza con un flashforward de Arya (Lucy Hale), Spencer (Troian Bellisario) y Emily (Shay Mitchell) enterrando el cadáver de alguien que les importa. ¿Hanna o Alison? Pues ni idea, por que volvemos cuatro días atrás del evento, para situarnos en el momento en el que A.D. manda un mensaje grupal para darles el ultimátum.
Hasta ahí bueno, todo bien. El desastre viene cuando entre las tres liars y sus no-novios Caleb (Tyler Blackburn), Toby (Keegan Allen) y Ezra (Ian Harding) arman un plan, con la inestimable ayuda de Mona (Janel Parrish). ¿Lo primero que hacen? Pues votar en un papelito a ver quienes creen que es el asesino de Charlotte. Como si estuviesen votando por el delegado de clase, vamos…
A partir de ahí, es cuando aparece en escena Mary Drake (Andrea Parker), la hermana gemela perdida (y muy siniestra) de Jessica DiLaurentis, que veinte años después de la muerte de su hermana se ha enterado, y vuelve a Rosewood, al motel del terror situado en el bosque infinito. Y claro, no olvidemos que esta señora es, supuestamente, la madre de Charlotte. Entonces ya saltan las alarmas, y cunde el pánico en el grupete.
Mientras tanto, Emily visita a una poseída Alison en Radley, que la pobre más que «estar loca», parecía la niña de ‘El Exorcista’. Todo esto es el plan de su marido divino Elliot (Huw Collins), en venganza por «haber matado» a Charlotte. Vamos, que la muerte de Charlotte sólo ha conseguido liarla aún más parda y hacer salir a más psicópatas de los que ya tenía el pueblo.
Eso sí, mientras sus amigos se dedican a tomar té con Mary Drake, a hablar de relaciones que no vienen a cuento y a asaltar casas, Hanna tiene una visión de Spencer, la nueva virgen María que se le aparece a los secuestrados, y en su cabeza se enciende la bombilla de que tiene que haber una salida en la granja-búnker. Y así es: en 30 segundos la encuentra y pies para qué os quiero, echa a correr por el bosque infinito para toparse con la siniestra gemela Mary Drake.
¿El resumen del capítulo? Hanna se autosalva para meterse en la boca del lobo, Emily fantasea con meterse en la cama de Alison (no sabemos si en la del psiquátrico o no), Spencer tomando té inglés con la gemela siniestra, y Arya pasando del culo de su amiga y volviendo a unir lazos con Ezra.
Está claro que nos espera una temporada llena de mamarrachadas nuevas y, probablemente, la ridiculez alcance un nuevo nivel… Sólo esperemos que, de verdad, ésta sea la última temporada. Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el capítulo? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones con nosotros!
