Scandal 4×05: ‘The Key’

Esta semana vino cargada de novedades y más tensiones sin resolver en el nuevo capítulo de ‘Scandal’ ; y aunque los personajes secundarios parecieron tener más peso esta vez, tenemos mucho que comentar sobre la trama principal. Si todavía no has visto el quinto capítulo, te recomendamos que vuelvas a esta entrada cuando lo hagas, ya que los ‘spoilers’ podrían estropearte alguna que otra sorpresa.

Lejos de acabar la trama de escándalo de la semana pasada en el mismo episodio, como solía suceden en la mayoría de los capítulos, la historia continúa y esta vez Quinn (Katie Lowes) y Olivia (Kerry Washington)  presencian cómo la mejor amiga de la adolescente asesinada sufre la misma suerte a manos del que podría ser el asesino que buscan. Al no poder ir detrás del asesino para no delatarse, consiguen avanzar al descubrir que éste buscaba una llave que la joven asesinada en este capítulo se tragó antes de morir. No hay mucho más detalle por ahora sobre eso, por lo que parece que tendremos que esperar un mínimo de un par de capítulos más para entender la historia al completo.

Cuando esto sucede en la serie, suele suponer que uno de los personajes principales está envuelto en el escándalo de alguna manera, aunque sólo sea como daño colateral; ¿podría esta vez ser igual? ¿Quién podría estar implicado?

Por otra parte, Huck (Guillermo Díaz) sigue vigilando a su familia y cuando parecía que por fin iba a poder ver a su hijo y empezar a recuperar un poco de normalidad, resulta que todo era un truco de su ex-mujer (Jasika Nicole), que quiere que hable con un psiquiatra porque cree que lo que le contó es fruto de la locura. Huck se vuelve muy agresivo, pero en realidad podemos considerarlo más un método de defensa que una amenaza. Él sólo quería ver a su familia y explicarles por qué no podía estar con ellos; y después de contar la verdad, nadie le cree, lo cual aumenta más si cabe la frustración que siente.

Aunque no parece justo que los esfuerzos de Huck se vean recompensados, al menos parece que esta parte de la historia sirve para recomponer la relación entre él y Quinn. ¡Por fin dejan de atacarse! E incluso parece que podrían ser amigos (sólo amigos, por favor… ¿Algún fanático del romance entre ellos dos? Parece que no convencieron mucho).

También parecen evolucionar dos personajes que parecían estancados: Mellie (Bellamy Young) y
David (Joshua Malina). La Primera Dama parece reaccionar y encontrarle sentido a la muerte de su hijo al saber que éste fue asesinado. En realidad, es un alivio… Mellie se hace un personaje odioso a veces pero es imposible no sentir lástima por ella al reflexionar sobre todo lo que tuvo que soportar. Esperemos que esta vez vuelva para quedarse y no recaiga en la horrible versión de «Smelly Mellie«.
Por su parte, David se refugia en la bebida, ya que se siente un asesino. Se desahoga con Abby (Darby Stanchfield) y pronuncia una frase que resume el pensamiento de muchos seguidores: «Why are we all trying to be Olivia Pope?» («¿Por qué intentamos todos ser Olivia Pope?»).

Y vamos al triángulo que parece acaparar la serie. Olivia se muestra más humana que nunca esta semana, llena de dudas e inseguridades sobre Jake (Scott Foley). Cuando le confiesa a Quinn  que no sabe nada de él y que no devuelve sus llamadas, está exponiendo su lado más vulnerable, algo nada frecuente en ella. Incluso cuando las cosas eran complicadas con Fitz (Tony Goldwin), es decir, siempre, ella parecía dominar la situación y tomar las decisiones necesarias.

No tarda en llamar a Fitz para averiguar algo sobre la visita de Jake a la Casa Blanca, y cuando él se niega a darle detalles, asume que «el que calla otorga». A partir de aquí se suceden una serie de visitas: primero a su padre, Rowan (Joe Morton), y después de Cyrus (Jeff Perry), y ambas reuniones para intentar convencerla de que Jake es un monstruo y el peor asesino de la historia. Parece que todos los personajes se olvidan de su propio pasado, que Cyrus y Papá-Pope han recibido el Nobel de la Paz y son dignos de juzgar las acciones que Jake, cuando en realidad no es peor que ellos.

Por último, ESA escena en la que Fitz se desahoga de lo lindo con Jake y le da una tremenda paliza sin que él haga nada (básicamente porque tampoco podría, está allí com
o un prisionero). ¿Soy la única a la que le ha parecido que el asunto no iba exclusivamente por el asesinato de su hijo? Parecía más bien una venganza personal por haberse ido con Olivia a la isla, o simplemente por haberse fijado en ella.

Mientras, lo único que mantiene a Jake resistiendo la tortura y el interrogatorio, es el recuerdo de los días que pasaba con Olivia e incluso el sonido de su risa… Pero, a pesar de lo que él espere y quiera creer, ¿está ella dispuesta a salvarle?

Probablemente lo mejor del capítulo haya sido una de las últimas escenas, en las que Abby va a visitar a Olivia para acusarla de haber destrozado a David, y ella, lejos de defenderse, se derrumba por completo y le explica lo de Jake. Cambian los papeles, es Abby esta vez quien consuela a Olivia y le asegura que todo va a estar bien, lo que augura una inminente reconciliación y la vuelta de la pelirroja al equipo de gladiadores.

Los próximos capítulos auguran un encuentro Fitz-Olivia más pronto que tarde, pero todavía quedan muchas cuestiones abiertas. ¿Creerá Olivia a los demás y abandonará a Jake? ¿Luchará por él? ¿Volverá Abby definitivamente a formar parte del equipo? Y tú, ¿quieres que Jake se salve o prefieres que Fitz y Olivia tengan vía libre? ¡Coméntalo con nosotros!

Mientras, aquí os dejo la promo del próximo capítulo para ir abriendo boca:

Elisa,
Elisa
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