The OA: Existir es sobrevivir decisiones injustas

Cuando terminas de ver ‘The OA‘ entiendes por qué esta serie solo podía estar en Netflix para ser lo que los creadores querían que fuese. Tal vez eso es lo único que queda claro después de esos ocho capítulos en los que, si te dejas llevar, vives la historia que plantea Prairie (Brit Marling) como un niño que confía absolutamente en su narrador. Si has visto la primera temporada te invitamos a que sigas leyendo y aportes tu punto de vista pero si no la has terminado te ruego que, por favor, huyas de este recap con ‘spoilers‘ y si te interesa saber más sobre la serie leas esta ficha libre de ‘spoilers‘.

En el primer capítulo se nos plantea un misterio que atrapa desde el minuto 1: Prairie, que llevaba siete años desaparecida, vuelve a casa habiendo recuperado la vista. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde ha estado? Todo son preguntas hasta que la propia Prairie convence a cinco personas de que la ayuden y comienza a contarles su historia dándonos así las piezas del puzzle que continuaremos formando durante los ocho episodios. En esos capítulos nos involucramos tanto en la historia de Prarie, o The OA, que empezamos creer en dimensiones, en vida después de la muerte, en un tipo llamado Hap (Jason Isaacs) que haría cualquier cosa por la ciencia.Se nos presenta un tema de lo más interesante como es una de las grandes preguntas de la humanidad: ¿qué pasa después de morir? Hap, habiendo secuestrado a cuatro (y luego cinco) personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte, empieza a descubrir que existe el más allá y posteriormente afirma que hay muchas dimensiones a las que el ser humano va después de dejar su cuerpo. Estos cinco sujetos a los que le tomamos tanto cariño como si fuéramos uno más de los secuestrados descubren que no son sino ángeles y que aprendiendo cinco movimientos son capaces de abrir túneles interdimensionales, curar enfermedades intratables e incluso revivir a los muertos.
Pero, ¿es algo de esto verdad? Por suerte, los cincos elegidos por The OA para enseñarles los movimientos y ayudarle a volver con su amado Homer (Emory Cohen) no se creen todo lo que ella les cuente a pies juntillas sino que comienzan a investigar acerca de esas personas con las que supuestamente Prairie pasó siete años y ahí es también cuando el espectador empieza a hacerse preguntas. ¿Y si Prairie solo sufre un gran trauma que le provoca alucinaciones? ¿Y si se inventó toda esa historia para sobrevivir durante su tiempo cautiva? ¿Estuvo sola o realmente existieron esas personas que la acompañaban?
Si hay una buena definición para el término “narrador no fiable” esa es la de Praire: Una chica que regresa nadie sabe muy bien de dónde que en vez de contarle su historia a la policía elige a cinco personas que necesitan desesperadamente algo en lo que creer. Desde luego en algo ayuda a estas personas que, siendo totalmente diferentes entre sí, acaban formando un grupo unido que al final, ya sea por valentía o estupidez, de un modo u otro consiguen que lo que podría haber sido una matanza quede en algo igualmente trágico pero que si confiamos en The OA no tiene por qué ser fatal. Estas cinco personas tienen vidas complicadas, cuatro de ellos en la difícil adolescencia y una de ellas, tal vez a la que más falta le hacía algo a lo que agarrarse, una señora que necesita perdonarse por sus errores del pasado. Forman un grupo tan absolutamente adorable como los cinco cautivos de Hap y, aunque en ocasiones parezca básicamente una secta con una líder un poco tocada, los espectadores somos como ellos… Fascinados por el juego que propone the OA.
Pero aunque todo suene a historia de locos, aunque encontremos libros que indican que Prarie se ha inventado toda la historia no podemos dejar de querer que una parte de lo que cuenta sea cierto. No podemos ignorar que Prairie era ciega y ahora ve, no podemos olvidar que ella ve un vídeo sobre la experiencia cercana a la muerte de Homer. Tampoco podemos pasar por alto ese capítulo desde la perspectiva de Hap que ni siquiera sabemos si lo cuenta Prairie. Al final, el agente del FBI, uno de esos personajes que aparecen de la nada, parece que es el que más se ha enterado de la historia y nos deja entrever que, efectivamente, es todo inventado. Pero… ¿y si no?
Tras ocho capítulos seguimos tan inseguros acerca de lo qué pasó en esos siete años que Prairie estuvo en paradero desconocido como en el primer episodio pero hemos vivido una historia apasionante, creyendo en realidades alternativas y en la esperanza de que con cinco movimientos todo se puede superar. Otra vez netflix nos ha mantenido pegados al asiento sin poder respirar hasta que se ha acabado la temporada. Otra vez hemos disfrutado de un guion impecable y de unas actuaciones que han sido el alma de la serie. No estamos seguros de qué hemos visto y por eso mucha gente necesita ver una segunda temporada y por eso mismo muchos otros prefieren que este sea el final definitivo, sin saber a ciencia cierta.
Probablemente si tiene el éxito esperado Netflix no tarde en anunciar una segunda temporada ya que su confianza en la serie es evidente. En ninguna otra plataforma hubiera sido posible que una serie tuviera capítulos de duraciones tan dispares pero que era sin duda lo necesario para contar la historia que los creadores querían, sin limitaciones de tiempo, algo que no se pueden permitir en las cadenas de televisión, siempre pendientes de la parrilla y de la publicidad. ¿A vosotros qué os ha parecido ‘The OA’? ¿La habéis encontrado tan adictiva como nosotros? ¿Creéis la historia de Prairie, pensáis que es todo mentira o que la verdad está en algún punto intermedio? ¿Queréis ver una segunda temporada? Si creéis que lo que cuenta Prairie es mentira, ¿tenéis alguna teoría para su recuperación de la vista? Esperamos todos vuestros comentarios a continuación para generar un debate y análisis en profundidad.

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